Con pasos lentos pero firmes, el payaso Zampabollos sigue recorriendo las calles de San Luis Potosí; fans que presenciaron un show en sus fiestas infantiles o lo vieron en el programa Burbujitas, lo siguen parando para tomarse una foto y platicar sobre sus infancias.
Entre su sonrisa maquillada con blanco y negro, su característica nariz roja, y chistes que hacen reír a chicos y grandes, Zampabollos esconde un sin fin de historias, las cuales guarda en su corazón, pues a 40 años de trayectoria esas experiencias son su motor para continuar ejerciendo el arte clown en San Luis Potosí.
Felipe es quien le da vida desde hace cuatro décadas Zampabollos, su historia según aseguró en entrevista para El universal San Luis Potosí, fue por azares de la vida, ya que en un inicio comenzó trabajando como carpintero y posteriormente en la Zona Industrial, para darle de comer a su familia.
“La realidad fue una bendición de dios”, comentó el Payaso Zampabollos, pues explicó que mientras trabajaba en la Zona Industrial, incursionó en el mundo de la actuación e improvisación primero en la representación de la Pasión de Cristo en San Juan de Guadalupe, donde vivía, para reemplazar a quien hacía el papel de Judas.
Posteriormente participó en una pastorela que realizaba con alguien más en donde los personajes principales se llamaban “Zampabollos y Polvorín, el más vivo y el más tonto”, en donde por las expresiones corporales y gestos que hacía dentro de la representación hacían reir al público.
No obstante su primera oportunidad como payaso, fue en el festival Primavera Potosina en Villa de Reyes, en donde hizo reír a chicos y grandes interpretando las voces y movimientos de Clavillazo, Resortes y Cantinflas.
Después él mismo confeccionó su traje con cortinas viejas y desechadas de la Iglesia de San Francisco, se realizó unos zapatos de payaso, consiguió una nariz roja de plástico para aventurarse al mundo del clown, en donde para sus siguientes presentaciones él debía pagar “un tostón y un regalo” al festejado para que lo dejaran actuar.
“Soy el payaso Zampabollos, uno de los más viejos del grupo de los payasos de aquí, cuando yo empecé no había payasos en San Luis Potosí. Soy uno de los íconos, cuando comencé me pintaba con blanco y grasa de zapato, pagaba yo a las personas para que me invitaran y me dejaran trabajar”, puntualizó.
Con el tiempo se fue haciendo más conocido y ahora le pagaban a él para amenizar fiestas infantiles o era invitado a programas de televisión que le abrió puertas a nivel nacional, pues en convenciones de payasos puso en alto el nombre de San Luis Potosí al ser reconocido como el Rey de los Payasos en Zacatecas, Sinaloa, Ciudad de México, Puebla, entre otros.
El Payaso Zampabollos y el Covid-19
En los últimos años el Payaso Zampabollos ha sido intervenido quirúrgicamente en varias ocasiones por ejemplo: fue operado de la rodilla, estuvo ingresado por Covid-19, en donde solo veía a las personas de su pabellón médico morir, además de una cirugía en el corazón, que lo ha limitado de continuar con sus presentaciones.
Destacó que durante la pandemia, en la que él y sus compañeros payasos y payasas tuvieron que frenar sus actividades, sufrió mucho por no continuar con su más grande pasión en la vida, tristeza que tuvo que tratarse con un psicólogo para sobrellevar la realidad.
¿Usted cree que lo voy a dejar? Comentó con una voz con tintes de orgullo y melancolía, tras contar que sus médicos le han aconsejado retirarse y dejar su personaje de lado, pues podría incluso morir joven en caso de negarse.
Aún con sus complicaciones de salud, Zampabollos se contestó solo la pregunta con un rotundo no: “ya no puedo retirarme, el ánimo es mucho, ahora sí que para quitarme de mi vida es muy difícil”.
Con información de: El Universal SLP