La Virgen de San Juan de los Lagos, ubicada en la Catedral basílica de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, en Jalisco, es considerada como una las imágenes más milagrosas de México, por ello año con año creyentes de todo el país la visitan realizando largas peregrinaciones, y en la mayoría de las veces, con el fin de cumplir mandas o pedir milagros.
El 2 de febrero, Día de la Candelaria, es la fecha en la que se venera a esta figura religiosa, por lo que las peregrinaciones que parten desde distintas regiones del país inician días o semanas antes para llegar al lugar el día de su celebración.
En San Luis Potosí, como ya es tradición, el pasado martes 23 de enero partió la Caravana Nacional de la Fe compuesta por un contingente de 300 personas que salió desde la capital para hacer el recorrido a pie hasta San Juan de los Lagos, esperando así llegar los primeros días de febrero.
La distancia entre la capital de San Luis Potosí y San Juan de los Lagos es 197.4 kilómetros, según se indica en Google Maps, y el tiempo caminando es de aproximadamente 44 horas; sin embargo, todo depende del contingente que lo realiza.
En entrevista para EL UNIVERSAL San Luis Potosí, la sanjuanera Gloria Montalvo Zarate habló sobre el acto de fe que conlleva realizar la peregrinación, el compañerismo que surge entre los creyentes y también a las dficultades a las que se enfrentan en su travesía.
Gloria era una dévota de estas peregrinaciones, aunque actualmente debido a su edad, casi 70 años, y a algunas trabas con el sindicato de su trabajo, donde entre compañeros se organizaban para el viaje, dejó de asistir.
No obstante, los años en los que por gusto participó en las pereginaciones le dejaron experiencias y relatos que comparte. Recuerda que lo que más le gustaba de todo era el camino por el compañerismo que surgió durante la travesía.
“Muchas de las noches entre compañeros nos apoyamos, porque aquí cuenta mucho el apoyo moral que nos damos entre peregrinos. Por ejemplo, alguna persona dice: ´no, es que no puedo. Ya mejor me voy a regresar´ Y como compañero te dicen: ´hombre ánimo, te esperamos, no se preocupen, aquí nos vamos a acompañar´”, relata.
Aseguró que cuando se realiza el peregrinaje con la intención de cumplir una manda es ahí cuando el trayecto se siente pesado y difícil, como le pasó a ella en un segundo año de peregrinacion; no obstante, reafirma que entre todos se ayudan a seguir adelante.
“Ya cuando yo fui un año que tenía manda se me hizo pesado. Hay quienes cuando llevan manda, uno siente que no va a llegar, como quien dijo: ´ya no voy a poner más´, pero (los compañeros te alientan a seguir)”, dice.
Sobre la alimentación, Gloria comenta que en su colectivo no sufrían por temas de agua o comida, ya que siempre se organizaban muy bien para llevar este tipo de suplementos.
Entre las situaciones difíciles explica que siempre había que cuidarse de los asaltos, pues aunque nunca le tocó sufrir de alguno hay que estar siempre alertas, pues a otras peregrinaciones les ha ocurrido vivir ese tipo de malas experiencias. Además, uno de los problemas más constantes era lidiar con las ampollas que les salían en los pies por tanto caminar, las cuales debían curar durante las noches o incluso durante el mismo trayecto si no se aguataba el dolor haciendo que la peregrinación se detenga.
“Cuando sale una ampolla hay quien va y dice: ´pues vamos a tronar la ampolla´. Te revientan la ampolla con un hilo y una aguja y te la dejan ahí y le ponen alcohol para que ya no se te vuelva a llenar la ampolla”, detalla.
La fe en la peregrinación de los sanjuaneros
Gloria Montalvo aseguró que lo que mueve a la gente a realizar las peregrinaciones son los milagros que concede la Virgen de San Juan de los Lagos. Si bien, se hacen estos recorridos a principio de año, señaló que también hay gente que se organiza para hacerlos en Semana Santa, algunos en los que ella misma participó.
Esta fe, afirma, hace que la gente aguante altas temperaturas, horas caminando, pues incluso contó que hay personas que realizan el trayecto descalzos, cosa que le sorprendía, ya que a ella le llegaron a doler los pies, pese a llevar calzado cómodo.
De las cosas más sorprendentes, según el relato de Gloria, es que tras realizar toda la travesía a pie ella volvía su hogar en San Luis Potosí como si no hubiera hecho la peregrinación, pues sus familiares se sorprendían de que ella llegaba a hacer sus labores del hogar como si fuera un día común y corriente.
“Es por los milagros que hace la Virgen, es por todo lo que uno le pide ya sea por motivos de salud o por motivos de algún problema familiar, o por finanzas. Es la fe de pedirle algo a la Virgen y que nos dé el milagro, salir de esa situación crítica que en un momento tuvimos y eso pues al final del día es lo que nos ha movido a ir a San Juan.”
Con información de: El Universal SLP