Tres intrépidos niños de Dakota del Norte tropezaron con un tesoro prehistórico que desafía la imaginación, un fósil de Tyrannosaurus rex extremadamente raro.
Todo ocurrió cuando Liam, Jessin y su prima Kaiden no solo descubrieron un tesoro enterrado, sino que su hazaña será parte de un documental.
Su historia los está convirtiendo en celebridades científicas en una película titulada “T. Rex” narrada por la estrella de “Jurassic Park”, Sir Sam Neill, quien interpretó al Dr. Alan Grant en la icónica película de 1993.
La próxima película que debutará el 21 de junio, captura el inesperado viaje de los jóvenes arqueólogos, que comenzó como una caminata ordinaria en el parque Hell Creek en julio de 2022.
El lugar fue una región cercana a Canadá que hace millones de años era soleado habitado por tortugas gigantes, peces asombrosos, cocodrilos intrépidos y, por supuesto, el temible Tyrannosaurus rex, reinaban en este mundo de criaturas de sangre fría.
Fue así como Sam Fisher y su equipo de exploradores, compuesto por sus hijos Liam y Jessin, junto con su sobrina Kaiden, se aventuraron en busca de emocionantes descubrimientos paleontológicos. En un día que parecía común, entre risas y el zumbido de insectos, algo captó su atención.
Entonces descubrieron un fósil, pero no uno cualquiera, sino el de un dinosaurio que al inició creyeron era un pico de pato, un antiguo habitante del pasado con extrañas características que provocó un enorme asombro entre Fisher y los pequeños exploradores.
En el increíble hallazgo, el pequeño Jessin, quien de grande desea ser paleontólogo, jugó un papel fundamental, ya que durante años había participado en varias expediciones tratando de encontrar huesos de dinosaurio, pero nunca lo logró hasta ese día.
Así, tras el descubrimiento, el equipo de pequeños científicos envió una foto a un amigo de la familia, el Dr. Tyler Lyson, curador asociado de paleontología de vertebrados en el Museo de Naturaleza y Ciencia de Denver.
Después de un año de papeleo, el grupo regresó al sitio para verlo mucho más de cerca, y luego de excavar y revisarlo a detalle, descubrieron la mandíbula y los dientes de la criatura, partes fundamentales para reconstruir su anatomía del animal extinto.
Tras reconstruir el esqueleto se percataron que no era un dinosaurio pico de pato, sino el espécimen era un T. rex juvenil único que data de hace 67 millones de años.
Un helicóptero se encargó de sacar los huesos del “teen rex” cubiertos de yeso y los colocó en un camión que los llevó al Museo de Denver, donde, a través de un análisis más detallado se estimó que el joven Rex de 3 metros de altura probablemente pesaba 1.5 toneladas.
Se creía que tenía entre 13 y 15 años.
Con información de: Excelsior