Desde el 18 de junio, la vida de Sarahí Hernández, residente del municipio de Rayón, San Luis Potosí, cambió para siempre. Su hijo, Macario Eduardo Sánchez, un joven de 17 años y estudiante destacado, desapareció sin dejar rastro. La familia, desolada, ha emprendido una búsqueda incansable, enfrentándose a la angustia y la incertidumbre cada día.
Sarahí Hernández, madre de Macario, comparte su dolor y su esperanza en medio de esta pesadilla. Con voz entrecortada, relata cómo desde la noche del 18 de junio, su vida se transformó en una constante búsqueda de respuestas.
“Macario es un buen hijo, un joven dedicado a sus estudios. No le debemos nada a nadie, somos una familia de trabajo”, expresa con firmeza, subrayando la inocencia de su hijo.
Las autoridades locales, incluyendo el Ejército y la Guardia Civil, han estado involucradas en la búsqueda desde el primer momento, pero hasta ahora, los resultados han sido desalentadores. La desesperación ha llevado a la familia a enfrentar también el tormento de las extorsiones, personas sin escrúpulos que buscan aprovecharse del dolor ajeno.
“Estamos consternados por esta situación de inseguridad. Vivimos en una comunidad pequeña y tranquila, nunca pensamos que algo así podría pasarnos”, comenta Sarahí.
La noche de la desaparición, Macario se encontraba con unos amigos en la tienda de su comunidad en Las Canoas, Rayón. En ese fatídico momento, varios jóvenes fueron abordados por otros individuos; algunos lograron escapar, pero Macario y otro amigo, Luis Miguel Pachicano, no corrieron con la misma suerte.
“Macario es muy tímido y nervioso, no pudo escapar”, cuenta Sarahí, evidenciando la vulnerabilidad de su hijo en esa situación.
Pese a la adversidad, la esperanza de Sarahí no flaquea. Con lágrimas en los ojos, confía en que su hijo volverá sano y salvo.
“Yo sé que él va a regresar a casa. Confío en que las personas que lo tienen, al ver su inocencia, lo dejarán libre. Dios iluminará sus corazones”, dice con una fe inquebrantable.
La comunidad se ha unido en apoyo a la familia de Macario. El día miércoles , una marcha pacífica recorrió las calles del municipio de Rioverde, culminando en la iglesia local, donde familiares y amigos oraron por el regreso de los jóvenes.
“Macario es un joven de fe, siempre con una sonrisa tímida. Sé que Dios está con él, dándole fuerza y tranquilidad donde quiera que esté”, expresa Sarahí.
Ante la amenaza de extorsiones, Sarahí hace un llamado a las autoridades para intensificar la búsqueda y a la comunidad para mantenerse unida y fuerte.
“No podemos vivir con miedo, debemos seguir adelante y confiar en que todo volverá a la normalidad. Necesitamos más apoyo y presión para encontrar a nuestros hijos”, solicita con determinación.
La señora Sarahí Hernández continúa aferrada a la esperanza y la fe, moviendo cielo y tierra para encontrar a su hijo. Su historia es un recordatorio del amor incondicional de una madre y la fuerza imparable que emerge del dolor más profundo. La comunidad, los amigos y las autoridades siguen atentos, esperando el milagro del regreso de Macario Eduardo Sánchez y Luis Miguel Pachicano.
Con información de: El Sol de San Luis