Recientemente, el Servicio de la Policía de Sudáfrica anunció el desmantelamiento de un laboratorio clandestino utilizado para fabricar metanfetamina en la ciudad agrícola de Groblersdal, ubicada en la provincia de Limpopo.
Durante el operativo del 19 de julio del año corriente, las autoridades arrestaron a cuatro personas, incluidos dos hombres de nacionalidad mexicana. Katlego Mogale, vocera de la unidad de élite de la Policía conocida como ‘Hawks’, advirtió en un reporte inicial que no era posible saber si la droga que se manufacturaba en dicha instalación estaba prevista para ser distribuida dentro del territorio nacional o hacia otros países.
En junio de 2024, la Oficina Central para el Combate contra el Crimen Organizado Transnacional de Mozambique informó sobre el desmantelamiento de una célula criminal que importaba drogas a través del Aeropuerto Internacional de Maputo. Como parte de la investigación, agentes de seguridad aseguraron un narcolaboratorio que era operado por personas originarias de Nigeria y México, ubicado en el distrito de Moamba.
También en Mozambique, pero en junio de 2023, la Policía Nacional arrestó a dos mexicanos presuntamente reclutados por el Cártel de Sinaloa para establecer un laboratorio clandestino en dicho país.
Acorde con informes de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, desde la década de los 2000 el continente africano se convirtió en un importante punto de operaciones para los grupos criminales mexicanos.
Investigaciones de Vanda Felbab-Brown, especialista en delincuencia organizada adscrita al Centro para la Seguridad e Inteligencia del Siglo XXI en la Institución Brookings, señalan que una de las causas por las que grupos como el Cártel de Sinaloa fijaron su atención en la región de África Occidental es su relativa cercanía respecto a países como Brasil y Venezuela, escalas relevantes en la ruta de tráfico de drogas hacia Europa.
“Las rutas y redes de contrabando centenarias que atraviesan África de costa a costa y los extensos territorios gobernados por diversas tribus rebeldes, grupos yihadistas y otras organizaciones hacían que el tráfico de drogas a través de África Occidental fuera viable”, establece la investigadora en un artículo de 2022.
En este sentido, se presume que los cárteles mexicanos usan distintos territorios en África, como Nigeria y Sudáfrica, como una zona de paso hacia el llamado “viejo continente”. Como resultado de esto, la DEA y la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) han documentado el papel de estas agrupaciones “en el floreciente comercio africano de metanfetamina”, así como sus vínculos con grupos delictivos que operan en Mozambique, la República Democrática del Congo, Ghana y Nigeria.
Aunado a ello, desde el año 2007 se tiene identificado que varias organizaciones mexicanas y latinoamericanas habrían establecido nexos con estructuras delictivas de Sudáfrica, las cuales serían responsables del envío de toneladas de cocaína hacia México y Estados Unidos.
En su Evaluación Nacional de la Amenaza de las Drogas de 2024, la DEA resaltó que tanto el Cártel de Sinaloa como el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) mantienen su presencia en África. Sin embargo, el documento omitió los detalles respecto a las actividades de cada grupo en dicho territorio.
Con información de Infobae