Pascal Beltrán del Río
Faltan sólo 13 días para que venza el plazo que dio Estados Unidos a México y Canadá para evitar un arancel general de 25% a sus exportaciones.
Dicho impuesto se suspendió de último minuto, por un mes, luego de que Donald Trump sostuvo conversaciones con sus homólogos Claudia Sheinbaum y Justin Trudeau, pero no sin dejar tareas a ambos. Y el próximo 4 de marzo, martes de carnaval, habrá de evaluar si sus expectativas se cumplieron.
La orden ejecutiva firmada por el presidente estadunidense el 1 de febrero deja claro que la medida es una herramienta que va más allá del comercio y tiene como finalidad que los socios norteamericanos se hagan cargo de haber permitido “el flujo de la migración ilegal y del venenoso fentanilo y otras drogas hacia nuestro país”.
En el caso de México, Trump suspendió la medida luego de que Sheinbaum se comprometió a enviar 10 mil elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional a la frontera. Así se acordó en la conversación telefónica que ambos mandatarios sostuvieron la mañana del 3 de febrero, en la que también se fijó el plazo de un mes, a petición de ella.
Su estrategia de “cabeza fría” consiguió el aplazamiento, y así cesaron de momento las presiones sobre el tipo de cambio –que el fin de semana previo al acuerdo había superado los 21 pesos por dólar–, pero no hay fecha que no llegue y ya se reanudó la especulación sobre si Trump, ahora sí, aplicará el arancel o lo cancelará o lo pospondrá de nuevo.
Paralelamente, el mandatario estadunidense ha anunciado otras tres decisiones: un arancel de 25% a las importaciones estadunidenses de acero y aluminio, que se aplicaría por encima del arancel general, y que entraría en vigor el 12 de marzo; una medida de compensación –que se estudiará “caso por caso”– por todos los cobros que otros países hacen a las exportaciones estadunidenses y que, en el caso de México, incluye el IVA, así como un arancel adicional para los autos fabricados en el extranjero, joya de la corona de las exportaciones mexicanas, que comenzaría a aplicarse el 2 de abril.
Como se ve, pese a que la tregua dio un respiro a México, no hemos salido de la zona de peligro. Para comenzar, porque no parece haber criterios objetivos para determinar el nivel de cumplimiento de las tareas encomendadas.
Con Información de Excelsior