Cuando Stephen Hawking murió el 14 de marzo de 2018, era el científico vivo más famoso del mundo.
Durante sus 76 años de vida, el físico británico escribió decenas de artículos científicos y libros de divulgación, participó en documentales, series y hasta fue interpretado en el cine.
La esclerosis lateral amiotrófica que le diagnosticaron a los 21 años ―que le obligó a vivir en silla de ruedas y a utilizar un sofisticado sistema para poder comunicarse― no fue un obstáculo en su carrera científica ni en su estrellato.
Pero de todos sus logros, él quiso ser recordado por una teoría en particular, una cuya fórmula está tallada en su lápida ubicada nada menos que en la Abadía de Westminster, a pocos pasos de las tumbas de Isaac Newton y Charles Darwin.
Se trata de la llamada radiación de Hawking.
Con información de BBC News..