La Agencia Nacional de Gestión de Emergencias de Nueva Zelanda señaló que estaba “analizando si el terremoto generó un tsunami que pueda afectar a Nueva Zelanda”
Un terremoto de magnitud 6.8 sacudió el martes la isla sur de Nueva Zelanda, informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), que inicialmente había estimado la magnitud del sismo en 7.0.
El movimiento telúrico ocurrió a las 14:43, hora local (01:43 GMT), a una profundidad de 10 kilómetros. Su epicentro se ubicó a unos 150 km de la costa suroeste de la isla sur del país oceánico, indicó el USGS.
Aunque el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico no emitió ninguna advertencia, la Agencia Nacional de Gestión de Emergencias de Nueva Zelanda señaló que estaba “analizando si el terremoto generó un tsunami que pueda afectar a Nueva Zelanda”.
“Si se ha generado un tsunami en ese lugar, es improbable que llegue a Nueva Zelanda en menos de una hora”, indicó la agencia.
Las autoridades no han reportado hasta ahora daños provocados por el sismo.
Ben Sievwright, encargado del Ziff’s Cafe en la ciudad de Invercargill, al sur del país, comentó haber notado “un pequeño balanceo”.
“Solo una minúscula sacudida, nada muy destacado”, dijo a la AFP.
Nueva Zelanda se ubica sobre la falla entre dos placas tectónicas y cada año registra miles de pequeños terremotos.
Un sismo de magnitud 6.3 destruyó en 2011 amplias zonas de la ciudad de Christchurch, también en la isla sur, y dejó 185 muertos, según datos del gobierno.
N. de la R. Nueva Zelanda se encuentra en una de las zonas sísmicamente más activas del mundo, conocida como el “Anillo de Fuego del Pacífico”, una región que concentra aproximadamente el 90% de la actividad sísmica mundial, según datos del Servicio Geológico de Nueva Zelanda (GNS Science). Este país experimenta en promedio entre 15 mil y 20 mil sismos al año, aunque solo entre 100 y 150 son lo suficientemente fuertes como para ser percibidos por la población.
El terremoto del 2011 en Christchurch mencionado en la nota, aunque de menor magnitud que el ocurrido este martes (6.3 frente a 6.8), fue particularmente devastador debido a su escasa profundidad (5 km), su proximidad al centro urbano y las condiciones del terreno. El evento causó pérdidas económicas estimadas en 40 mil millones de dólares neozelandeses, lo que lo convirtió en uno de los desastres naturales más costosos de la historia del país.
En cuanto al evento sísmico reciente, el GeoNet —la red geológica nacional de Nueva Zelanda— también informó que el temblor se sintió en amplias zonas del sur del país, incluyendo Queenstown, Dunedin e Invercargill, aunque hasta el momento no se han reportado daños estructurales ni víctimas. Las evaluaciones continúan en áreas remotas cercanas al epicentro, de difícil acceso por las condiciones geográficas.
Finalmente, la Agencia Nacional de Gestión de Emergencias confirmó horas después que el evento no generó un tsunami que representara peligro para las costas neozelandesas.
Con Información de Excelsior.