Las obras de urbanización en una calle de la localidad zaragoza de Tauste han sacado a la luz más de 400 tumbas de una necrópolis islámica, datada entre los siglos VIII y XI y considerada por los expertos como una de las más antiguas de la Península Ibérica.
Los trabajos arqueológicos comenzaron por iniciativa de la Asociación Cultural El Patiaz de Tauste, que recogió informaciones en el pueblo sobre la aparición de esqueletos que el conocimiento popular identificaba como personas que fallecieron debido a una posible epidemia de cólera en el siglo XIX.
Sin embargo, se observó que, por sus características, con los cuerpos enterrados del costado derecho y mirando a la Meca, se trataba de enterramientos islámicos. La primera cata, realizada en el 2010, confirmó dicha hipótesis.
Los estudios realizados hasta la fecha han determinado que una de las tumbas localizadas en esta necrópolis era la más antigua de las descubiertas en Aragón. Databa del periodo comprendido entre el año 714 y el 780, la fecha más antigua de un enterramiento islámico en toda esta Comunidad Autónoma.
En una de las excavaciones se encontró un fragmento de cerámica de entre los siglos X y XII, algo “no habitual” porque el ritual de enterramiento dice que no podían llevar ajuar.
Hasta ahora, en las cuatro primeras catas se habían encontrado y estudiado 46 enterramientos y sus correspondientes esqueletos
De los trabajos actuales se encarga la empresa Paleoymas SL, que estima que en el plazo de un mes terminará de sacar todos los restos.
Para constatar la extensión de la necrópolis se realizaron hasta 27 sondeos en julio de punta a punta de la calle, de los que seis salieron positivos limitando la extensión del lugar.
Dicha empresa tiene la obligación de analizar y estudiar al menos el 10% de los restos encontrados. Además, está previsto que se construya una cripta para poder almacenar los restos debidamente.
Así, por ejemplo, descubrieron una trepanación, y tenían otras líneas abiertas, tales como, a través de las improntas de los músculos en los huesos, ver qué actividades realizaban para inferir qué oficios tenían, buscar nuevas patologías.
En el estudio de paleodieta comprobaron que había un par de intoxicaciones por plomo y “se podría deducir que en el lugar había algún tipo de actividad vinculada a la cerámica o la alfarería”.
Con información de El Mundo