Hoy en día, las dietas son algo muy común en las personas que buscan desesperadamente la manera de bajar de peso. Consumir alimentos que contienen proteínas es beneficioso, ya que producen una sensación de saciedad. Esto es una gran ventaja debido a que las ganas de comer se verán reducidas y esto ayudará a perder peso. Esta es una de las razones por las que la dieta proteica es una de las más populares. Sin embargo, es necesario conocer en qué consiste, cuáles son sus beneficios y como aplicarla.
¿Qué es la dieta proteica?
Tal como su nombre lo establece, una dieta proteica es aquella en la que se consume una mayor cantidad de proteínas. Teniendo presente, que se reducen las cantidades de grasa e hidratos de carbono. Sin duda es una de las dietas más destacadas cuando se trata de problema de obesidad y sobrepeso. Por lo que la dieta proteica para la salud resulta una excelente opción.
Este régimen alimenticio también se le conoce como dieta de las proteínas o hiperproteica. El consumo de alimentos proteicos interviene directamente sobre los índices de grelina en el cuerpo. Además, otras hormonas que tienen la función de controlar las ganas de comer.
La dieta proteica puede acelerar el metabolismo, lo que facilita que se queme una mayor cantidad de calorías. Del mismo modo, la carencia de carbohidratos en los alimentos que se consumen a diario, provoca que el cuerpo use la grasa para convertirla en energía.
Antes de comenzar con esta alimentación, lo más recomendable es acudir a un especialista en nutrición, ya que afecta el metabolismo. Aparte, no está de más conseguir toda la información extra que sea posible, para llevar a cabo este régimen alimenticio sin problemas.
¿Cómo aplicar la dieta proteica?
Para que este tipo de alimentación tenga mayor efectividad, lo mejor es hacerlo por niveles. De esta forma, el cuerpo puede adaptarse mejor a esta nueva forma de alimentarse, por lo que resulta más beneficioso. Lo ideal es hacer esta dieta en tres niveles, estos son:
NIVEL 1
En este primer nivel, es fundamental el consumo de alimentos que contengan proteínas. Al mismo tiempo, se dejan de lado las grasas y los hidratos de carbono. en el transcurso de este primer nivel, es posible que se pierda un gran porcentaje del peso corporal. Una vez se empiecen a notar los resultados de esta dieta, el estado de ánimo se elevará y se convertirá en una motivación para continuar.
Ahora bien, es muy importante optar por las proteínas magras o aquellas que viene acompañadas por ciertas grasas sanas. Algunos alimentos como los pescados, la pechuga de pollo o la leche, son ideales en esta situación. No obstante, los embutidos, así como también las carnes que han sido procesadas, deben evitarse en todo lo posible.
Durante el proceso de la dieta proteica, lo único que debes recordar es que hay que añadir como mínimo un alimento proteico. Esto es fundamental, ya que así se producirá el efecto de saciedad y al mismo tiempo, los niveles glucémicos disminuirán.
Hay que tener presente que el primer nivel suele ser bastante complicado, sobre todo para los principiantes. Esto se debe a que existe el riesgo de que aparezcan algunos síntomas efectos como dolor de cabeza o estreñimiento. Esta es la razón por la que se debe acudir a un médico antes de realizar esta dieta.
NIVEL 2
Las grasas y los hidratos de carbono, no se eliminarán por completo de la alimentación, la idea principal es reducir la cantidad. En este segundo nivel, se van a introducir nuevamente las grasas y los hidratos, pero será poco a poco. Esto quiere decir, que las cantidades ya no serán las mismas que se venían consumiendo antes de iniciar este nuevo régimen alimenticio.
Lo recomendable es llevar a cabo una reducción de al menos un 50%, procurando sustituir estos alimentos por algunos más saludables.
NIVEL 3
En este último nivel, se puede decir que consiste en una fase de mantenimiento. Esto significa, que los hábitos alimenticios ahora deben ser más sanos, deben quedar atrás aquellos días de comer cualquier cosa. En este nivel ya debería notarse un gran cambia en la apariencia física y por supuesto, en la salud.
Cabe destacar, que de nada sirve mantener una dieta cuando no se hace ejercicio. La actividad física es fundamental cuando se trata de perder peso, así que esta dieta proteica debe estar acompañada por una rutina de ejercicios.
¿Cuáles son los beneficios de la dieta proteica?
La dieta hiperproteica o dieta de las proteínas, tiene varios beneficios que la convierten en una de las dietas más practicadas. Algunos de los beneficios de la dieta proteica que hacen de esta dieta una de las más populares, son los siguientes:
Hacerla es muy fácil: esto se debe a que no es necesario incorporar otros alimentos o añadir una gran cantidad de suplementos. Esto significa que se puede hacer en cualquier momento, siempre y cuando se consuma al menos una proteína en cada comida.
Eficaz para la pérdida de peso: esta es una de las razones por la que muchas personas toman la iniciativa de hacer la dieta proteica. Esta dieta es una forma simple en la que es posible perder todo el peso que se desee. Mejorando significativamente la apariencia física lo que eleva la autoestima.
Permite acabar con la grasa corporal: para conseguir el peso ideal, lo primero es eliminar toda la grasa que sea posible. Es aquí donde sobre sale la dieta proteica, ya que es una excelente opción para acabar de una vez por toda con toda la grasa.
Incrementa el índice de masa muscular: este es uno de sus beneficios más reconocidos. Esta dieta permite un aumento significativo en la masa muscular, lo que es perfecto para aquellas personas que desean mejorar su físico.
¿Cómo hacer un menú basado en la dieta proteica?
Antes de elaborar un menú a base de proteínas, lo primero es conocer cuáles son los alimentos permitidos en la dieta proteica. Algunos de estos son:
– Huevos.
– Carne de pavo, pollo y cerdo.
– Queso.
– Leche desnatada o de almendras.
– Pescados, sobre todo el atún.
– Aceite de oliva.
– Frutos secos.
– Espinaca.
– Zanahoria.
– Rúcula.
– Acelga.
– Repollo.
– Pepino.
– Ajo.
– Coles.
– Cebolla.
– Cacahuate.
– Nueces.
– Linaza.
– Limón.
– Aguacate.
Alimentos que no se deben consumir en una dieta proteica:
Para hacer esta dieta correctamente, es muy importante evitar el consumo de los siguientes alimentos:
– Cereales.
– Tubérculos.
– Harinas.
– Pasta.
– Legumbres.
– Soja.
– Azúcar.
– Bebidas gaseosas.
Teniendo en cuenta los alimentos que se pueden consumir y los que no, ahora si es posible elaborar un menú.
Para el desayuno: para empezar el día, se puede tomar un vaso de leche; preferiblemente desnatada, huevos revueltos con queso o una taza de café negro.
A media mañana: un par de lonchas de pavo o jamón.
Para el almuerzo: una buena opción es un filete cocido a la plancha con una ensalada variada.
En la merienda: un poco de fruta o un yogur desnatado.
Para la cena: para finalizar el día, un filete de atún y vegetales salteados.
Contradicciones de la dieta proteica
Como se menciona en un comienzo, antes de dar comienzo con una dieta proteica, lo recomendable es visitar a un médico. Esto se debe a que esta dieta presenta algunas contraindicaciones que pueden poner en riesgo la salud de algunas personas. Las contradicciones de la dieta proteica son las siguientes:
– Al ser una dieta basada en el consumo de alimentos proteicos, esto puede provocar cambios bruscos en el metabolismo. Lo que es muy peligroso en muchos casos.
– Puede provocar inconvenientes en el sistema óseo.
– Existen situaciones donde puede causar mal aliento.
– Produce mareos y dolores de cabeza.
– Irritación en las paredes estomacales.
– No es aconsejable hacer esta dieta de manera prolongada. Lo ideal es hacerla durante al menos 15 días, detenerla y luego continuar pasados varios días.
– La dieta proteica no es apta para personas que presentan afecciones en los riñones. Ya hay un incremento en el ácido úrico, esto aumenta el riesgo de aparición de otras enfermedades.
A pesar de que la dieta proteica tiene varios beneficios, nunca se debe iniciar sin antes realizar una visita con un especialista.
Con información de Bioguía