Después de dos días consecutivos de incrementos en la cantidad de contagios de COVID-19 en Argentina, crece la preocupación en el Gobierno, por lo que el presidente, Alberto Fernández, advirtió este jueves que si continúa el relajamiento respecto a las medidas de distanciamiento, podría utilizar a la policía para disipar las reuniones sociales.
“Tenemos la sensación que diciembre fue un mes de mucho relajamiento, que llevó a reuniones sociales y posibilitó que hubieron marchas en Buenos Aires”, situaciones “que pudieron favorecer que el virus circule”, explicó Fernández en declaraciones a Radio 10.
“Es muy peligroso”, advirtió.
“Si vemos que el relajamiento sigue, ver de qué modo las fuerzas de seguridad empiecen a actuar en las calles para disipar a la agente y para impedir que esas aglomeraciones ocurran”, avisó.
En tanto aclaró: “No estoy hablando de toque de queda”, porque “en Argentina eso es algo muy denso”.
“Tan solo teniendo oficiales de la fuerza de seguridad caminando por las plazas y viendo dónde hay una aglomeración de gente. Diciendo ¨circulen, circulen¨, con eso alcanza”, explicó, y recordó que sirvió el “toque sanitario” que aplicaron algunas jurisdicciones en el país que impedía circular a partir de determinada hora por la calle.
REPUNTE DE CASOS
El 30 de diciembre fue el segundo día consecutivo con más de 11.000 contagios diarios detectados en Argentina, por lo que el país acumula 1,61 millones de casos positivos desde el inicio de la pandemia. Y 43.163 personas fallecidas.
En la Ciudad de Buenos Aires, los casos nuevos fueron 1.076, volviendo a los promedios diarios de mediados de octubre, y en la provincia de Buenos Aires, hubo 4.761 casos, retrotrayéndose a los promedios de mediados de noviembre. Ambos distritos conforman la zona más populosa del país.
Es por eso que ayer el presidente reeditó las reuniones con el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodriguez Larreta, y con el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, que eran habituales en el peor momento de la pandemia y ahora retomarán el seguimiento semanal.
Los dirigentes llamaron a la población a que extremen los cuidados en estas fiestas de fin de año, pero el salto de los casos todavía no muestra el efecto de las reuniones de diciembre.
Con los meses calor y el agotamiento social, comenzaron a proliferar las reuniones sociales y fiestas clandestinas sin cuidado, que se suman a las manifestaciones públicas, como el velorio de Diego Maradona o las vigilias durante la aprobación de la legalización del aborto.
“Tenemos que ser muy cuidadosos con los que entran a la Argentina porque este es un virus que viaja en avión”, agregó Fernández, respecto de la nueva cepa del virus que llegó a Chile, y explicó que mira de cerca el turismo en la costa balnearia, pero dejará pasar el fin de año para evaluar qué hacer.
NEGOCIACIONES POR LA VACUNA
El plan del Gobierno era que para la llegada del otoño los argentinos en riesgo frente a la covid-19 hubieran recibido la vacuna, para aliviar el efecto de la segunda ola.
“Yo no miento”, dijo Fernández. “Prometí que iba a hacer que la sociedad argentina declare legal y público el tratamiento del aborto y lo cumplí. Prometí que antes de fin de año los argentinos iban a estar vacunándose y lo cumplí”.
Este martes Argentina comenzó a vacunar al personal de salud con un primer lote de 300.000 vacunas Sputnik V, pero persisten dudas por la forma en que el regulador Anmat autorizó la vacuna aunque no se hayan publicado los ensayos científicos. En tanto, el país autorizó la vacuna de Pfizer y la de AstraZeneca.
“Debo reconocer que la Federación Rusa tuvo un trato excepcional con nosotros, al que siempre estaré agradecido”, dijo. “No entiendo por qué son tan severos con la vacuna de Gamaleya, a la que llaman rusa adrede”, agregó.
Avisó que Rusia entregará en los primeros días de enero las segundas 300.000 dosis, al final de enero 4 millones de la primerA dosis y 1 millón de la segunda y en febrero la cantidad que falte para terminar de vacunar a 10 millones de argentinos. En tanto, queda a decisión de Argentina sumar otras 10 millones de dosis en marzo próximo.
Respecto de la demora en firmar el contrato con Pfizer, dijo que sigue negociando con el laboratorio, pero que tiene problemas logísticos de traslado “complicadísimos” y que pide “tantas prevenciones para limitar su responsabilidad que termina exigiendo cosas que ninguna vacuna” ha exigido.
En cambio, explicó que su gobierno está avanzando con la “vacuna china”: “Estamos pidiendo los estudios que se han hecho que avalan la calidad de la vacuna que va a la Anmat”, tras recordar que “es una locura que han puesto (al regulador) en tela de juicio”.
Con información de EFE