La ilusión de mejorar sus condiciones de vida deberá sortear antes las restricciones impuestas en Guatemala y México.
Vamos a un sueño americano porque aquí en el país no hay trabajo, no hay empleo, mucha delincuencia y la verdad que aquí no se puede vivir. Nosotros vivíamos en una casa y el huracán Eta e Iota se llevó nuestra casita”, dijo Junior Alexander, migrante hondureño.
Me voy con toda mi familia porque no tengo trabajo desde el año pasado”, comentó Raúl Rodríguez, migrante.
En la caravana, van muchas familias completas. En algunos casos, son acompañados por otros parientes.
Autoridades migratorias guatemaltecas frenaron un primer contingente de 300 migrantes esta mañana.
Para ingresar a ese territorio los hondureños deben portar pasaporte y una prueba negativa de Covid-19, un requisito que la gran mayoría incumple.
Atrás de la caravana van camiones de la Policía Nacional con agentes provistos de escudos y bastones.
Los migrantes justifican el éxodo en la extrema pobreza y la falta de empleo, la violencia de las pandillas y narcotraficantes en su país y la crisis dejada por el paso de dos huracanes en noviembre.
Además, guardan esperanzas de que Joe Biden, quien asume la presidencia de Estados Unidos el 20 de enero, sea más flexible con las normas migratorias que su antecesor Donald Trump, una posibilidad que ya ha sido rechazada por Washington.