La semana que termina Brasil vivió récords en cantidad de muertos por covid-19, llegando a más de 1900 en tan solo 24 horas. Pero los pronósticos del Ministerio de Salud para la semana que viene son aún más sombríos: estiman 3.000 muertos por día. Uno cada 30 segundos.
Este escenario catastrófico anunciado por la cartera de salud del Gobierno de Bolsonaro se da al mismo tiempo en que el presidente ultraderechista se permite bromear y ridiculizar la situación, diciendo que dejen de “llorar” y que el que quiere la vacuna, la vaya a comprar “con su madre”.
La semana que pasó los brasileños ya vivieron un aumento del 30% en el promedio móvil de muertes. Este escenario tiende a agravarse, como predice el modelo diseñado por el Ministerio de Salud que estima 3.000 muertes diarias a partir de esta semana, lo que produciría en un escenario de colapso generalizado en el país.
Este viernes Bolsonaro pronunció un discurso en el que dejó claro que se sigue negando a tomar cualquier medida que implique algún tipo de cierre y/o bloqueo de la actividad económica. Es decir, en medio del mayor pico de contagios y muertes, y sin contar con vacunas siquiera para los esenciales, los trabajadores y trabajadoras deben seguir arriesgando sus vidas cada día. “¿Vamos a llorar? ¿hasta cuando? “, dijo Bolsonaro cínicamente, y agregó “podemos soñar con días mejores para todos, pero sin dinero, sin empleo, estamos condenados al fracaso, la miseria y la muerte o a acciones que no interesan, como disturbios o saqueos”.
Hasta ahora solo el 3% de la población ha tenido la posibilidad de ser vacunada y las dosis ya empezaron a ser escasas. Un factor que explica esto es que la política del Gobierno de Brasil ha sido resistente a las vacunas como la Sinovac, pero tampoco tomó medidas para conseguir la provisión temprana de otras.
Además, la variante P.1 del Covid-19 en Manaos, conocida como “amazónica”, ya circula masivamente en el país y es altamente contagiosa. La probabilidad de reinfección sería entre un 25% a 60%, según estudios preliminares realizadas por investigadores en Brasil y del Imperial College de Londres.
Consultado sobre las medidas que se podría tomar Thiago Flamé, columnista de Esquerda Diario, señaló a este medio que “una medida efectiva para contener el avance del coronavirus y sus nuevas cepas más letales, implica la combinación de pruebas masivas e incansables para identificar las rutas del virus, combinadas con cuarentena estricta para los infectados y para los que entraron en contacto con el virus, poniendo a disposición del sistema de salud habitaciones de las cadenas hotelera, ya que sabemos que en las condiciones habitacionales en las afueras de las grandes ciudades es imposible “aislar” a las personas”.
Flamé también señaló que “esto implica además la contratación de emergencia de personal de salud y producción masiva de pruebas, respiraderos y otros insumos vitales para combatir la pandemia”.
Brasil ya supera a Estados Unidos en número de muertes por millón de habitantes. Es la peor situación pandémica del mundo: el país se acerca a las 3 mil muertes diarias y al colapso del sistema de salud, simultáneamente en todo el territorio nacional. La tendencia es aumentar no solo el número de muertos, sino también la escala de la flagrante tragedia de situaciones que ya se viven con la falta de camas, oxígeno, e insumos básicos, como en Manaos. Si se mantiene el rumbo actual de la política negacionista de Bolsonaro y la demagogia de los gobernadores, Brasil va rumbo a enfrentar una tragedia humanitaria sin precedentes y con consecuencias incalculables.