Rusia anunció el miércoles que estaba “frenando” el funcionamiento de Twitter, acusada de no borrar contenidos “ilegales”, una primera advertencia que ilustra las crecientes tensiones entre Moscú y los gigantes de las redes sociales.
En las últimas semanas, las autoridades rusas redoblaron sus críticas a las empresas estadounidenses Twitter, Facebook y YouTube, así como a la china Tik Tok, denunciando su omnipotencia y criticando su moderación de contenidos, especialmente políticos.
Sin embargo Twitter no fue señalado esta vez por este tipo de publicaciones sino por contenido considerado como pornografía infantil o de apología de las drogas o el suicidio.
Se han tomado medidas de respuesta centralizadas contra Twitter, concretamente ralentizando la velocidad del servicio”, dijo el órgano de regulación de internet y medios de comunicación Roskomnadzor, que tiene poder para bloquear sitios web o recursos de internet en Rusia.
Luego aclaró que la ralentización se aplicaba a los “contenidos de audio, video e imágenes gráficas”, pero no a los mensajes de texto, que constituyen el grueso de los intercambios en Twitter.
Roskomnadzor aseguró que la ralentización “ya ha comenzado”. Los periodistas de la AFP en Rusia constataron un retraso de unos segundos en la actualización de Twitter. La red social no reaccionó de inmediato.
Los vídeos de estrellas de la web como Yuri Dud, conocido por sus impactantes documentales, o las investigaciones anticorrupción del opositor Alexéi Navalni acumulan decenas de millones de visitas.
En respuesta, en los últimos años las autoridades han apretado las tuercas del “runet”, el internet ruso, en nombre de la lucha contra el extremismo, el terrorismo y la protección de los menores.
Unos conceptos que no tienen sentido, según los críticos del Kremlin, que los ven como intentos de censura.
Para Artiom Kozliouk, director de la oenegé de libertades digitales Roskomsvoboda, las medidas dirigidas a Twitter pretenden convencer a los gigantes estadounidenses de que “restrinjan el acceso a contenidos con connotaciones políticas o vinculados a la oposición”.
También denunció a la AFP la “expansión de la censura en internet” desde 2012.
Rusia ya está bloqueando varios sitios de la oposición o que se han negado a cooperar con las autoridades, como la red social profesional LinkedIn, propiedad de la empresa estadounidense Microsoft.
Twitter, Facebook y Google son multados regularmente, pero las cantidades siguen siendo irrisorias en comparación con sus beneficios.
Las autoridades rusas también atacaron en 2018 al popular servicio de mensajería encriptada Telegram por su negativa a facilitar a los servicios de seguridad los medios para leer los mensajes de sus usuarios.
Pero después de dos años de un bloqueo apenas efectivo, renunciaron y levantaron la prohibición.