La vida en pareja conlleva momentos de gran intensidad. Este tipo de ‘chispa’ suele aparecer al inicio de la relación. Sin embargo, la monotonía y la falta de estímulos sexuales afectan de manera negativa la convivencia.
Es normal, por ejemplo, que en el ámbito sexual se busque satisfacer ciertos deseos y fantasías que se tienen con la pareja. No obstante, se suele preferir no comentar este tipo de gustos, ya sea por tabúes o por simple timidez.
Según el doctor Alejandro Díaz, médico experto en sexología clínica y terapia de parejas de la universidad ISEP de Madrid (España), las fantasías sexuales “son importantes para cada persona, es decir, al ser individuales se convierten en indispensables porque significan una parte del deseo sexual”.
En cada persona se desarrollan imaginarios e ideales a partir de su propia experiencia. Como afirmó el experto en diálogo con EL TIEMPO, “existen los sueños eróticos, por ejemplo, pero también existen esas fantasías que pueden aumentar el deseo y ayudan a desarrollar una buena sexualidad tanto individual como en pareja”.
Los fetiches suelen estar relacionados de connotaciones negativas o presuntas desviaciones, sin embargo, Díaz asegura que “son importantes para ampliar la sexualidad”.
Estas apuestas ‘entre cobijas’ estimulan las relaciones dado que agregan momentos de innovación y de intensificación del deseo. Pero, sobre todo, se evita la monotonía y la abrumadora rutina.
El experto aclara que las fantasías son, en principio, solo imaginarios.
“Tenerlas no quiere decir que se vayan a llevar a cabo en la vida real obligatoriamente. Una cosa es que se tenga una fantasía y otra muy diferente es que se esté dispuesto a cumplirla”.
Aunque las fantasías se construyen de forma individual, hay varias que suelen ser compartidas entre las personas o que se ‘descubren’ mediante un diálogo con la pareja.
“Los tríos son las fantasías más comunes tanto en hombres como en mujeres”, puntualizó Díaz.
El especialista agregó que, entre sexos, los imaginarios de los tríos son diferentes: “las mujeres tienden a pensar en esa fantasía y analizar con quién se hará. Por otro lado, los hombres son un poco más visuales. Sus preferencias, en caso de hombres heterosexuales, es el estar con dos mujeres al mismo tiempo”.
Además de este tipo de fantasías, también existen las relacionadas con las prácticas de ‘BDSM’, que significan: Bondage, Disciplina y Dominación, Sumisión y Sadismo y Masoquismo.
Estas prácticas eróticas son denominadas como sexualidades no convencionales o alternativas.
Otras de las más recurrentes son “tener relaciones en un lugar diferente, es decir, aquellas que se caracterizan por tener encuentros sexuales en espacios nuevos, por ejemplo: en un lugar paradisiaco o en lugares en los que se pueda tener un poco de exhibición, porque hay personas que también tienen esa fantasía, que les gustaría verse teniendo relaciones con su pareja”.
Lo importante de este tema es que hay que tener en claro que en principio pueden ser deseos habituales que no obligan a un cumplimiento a cabalidad de cada acto pensado.
Según Díaz, muchas veces no es bueno compartir los deseos con la pareja. Esto pues “es importante mantenerlas como algo individual” teniendo en cuenta que así empiezan.
Sin embargo, esta no es una ‘camisa de fuerza’, “se pueden construir fantasías en pareja que se puedan realizar”.
También se pueden presentar fetiches o fantasías relacionadas al uso de juguetes sexuales.
“Pueden ser los típicos vibradores o consoladores. También están los dados sexuales, existen aplicaciones para tener nuevas ideas respecto a la sexualidad, o el uso de lencería; también tener juegos de roles. Estos son interesantes porque se pueden utilizar individualmente y en pareja”, puntualiza el experto.
Aunque existen varias fantasías y fetiches en el imaginario de las personas, el tener deseos y conocer los gustos propios es algo que se debe empezar a naturalizar.
El doctor Díaz, frente a esto, recomienda que “la erotización diaria, frecuente y en la que no se deja morir la sexualidad es fundamental para tener una buena vida sexual”.
“Las fantasías se pueden utilizar tanto para fortalecer las relaciones con uno mismo o para solidificar las relaciones en pareja”.
Es importante, según el experto, que entre las parejas se abran a las oportunidades de experimentar a nivel sexual. “Más cuando han llevado mucho tiempo juntos, pues la falta de nuevas ideas puede llevar a una disfunción sexual, la cual se puede presentar más frecuentemente en las mujeres como la falta de deseo sexual”.
Tanto el uso de juguetes, los juegos de roles y hasta el envío de emoticones con doble sentido en un chat pueden contribuir a que la imaginación se mantenga activa en la relación.
Si bien las personas se están abriendo cada vez más a la experimentación en su vida sexual, Díaz asegura que “todavía nos falta muchísimo”.
“Yo recomiendo que las fantasías se exploren, se cultiven para tener una clave erótica personal”, aseguró. Además, dijo que el reconocimiento de los gustos personales puede dar pie a una vida sexual sana y responsable.