Tetsugaku no Michi (la Senda del Filósofo) debe su nombre al hecho de que este camino era frecuentado, como lugar de reflexión, por Nishida Kitarō y Tanabe Hajime, entre otros pensadores de la escuela filosófica de Kioto. En la primavera, los cerca de 500 cerezos de la variedad somei-yoshino, que se encuentran a lo largo del sendero, se transforman en un túnel de color rosa palo y atraen a un gran número de visitantes que disfrutan del paisaje.
La Senda del Filósofo es un camino que se extiende por cerca de dos kilómetros entre el camino de acceso al templo Ginkakuji y cerca del santuario Kumano Nyakuōji, a las orillas del canal del lago Biwa, un riachuelo que lleva agua del lago a la ciudad de Kioto. Originalmente, era un camino que se utilizaba para la administración del canal. Posteriormente, el público en general empezó a utilizarlo y se convirtió en un lugar popular para pasear. En los alrededores se encuentra la Universidad de Kioto, por lo que desde el periodo Meiji (1868-1912) ha sido una zona en la que habitan académicos y personalidades de la cultura. Por esta razón, este camino ha recibido un sinnúmero de nombres tales como “la senda de los literatos”, “la senda de la reflexión” o “el callejón de la filosofía”. En 1969, cuando se llevaba a cabo un movimiento para la conservación del canal, se estableció de manera oficial el nombre de Senda del Filósofo. En la actualidad, es un camino adoquinado y uno de los 100 senderos más bellos de todo Japón.
El origen de la arboleda de cerezos se remonta a 1922, cuando Hashimoto Kansetsu, pintor de cuadros tradicionales japoneses, y su esposa, vecinos de la zona, decidieron sembrar plantones de cerezo en el lugar. Por eso, algunas personas se refieren a esta arboleda como Kansetsu Zakura, o los cerezos de Kansetsu. A lo largo del canal hay varios puentes viejos de piedra. Si se levanta la vista, se puede ver a ambos lados un túnel de cerezos de color rosa palo y, hacia abajo, un riachuelo transparente con plantas acuáticas ondeando. Sin duda, un regalo para la vista.
En el extremo sur de la Senda del Filósofo se encuentra el santuario Kumano Nyakuōji. Este fue construido en 1160 como una invitación del exemperador Goshirakawa para que parte del espíritu de la deidad Kumano Gongen de Kishū habitara en este lugar. El santuario es famoso ya que en su recinto se celebró una fiesta para disfrutar la floración de los cerezos de la que fue anfitrión Ashikaga Yoshinaga, octavo shōgun del periodo Muromachi (1336-1573).
Los cerezos que adornan el recinto son de gran belleza, pero en lo alto de la montaña, subiendo por la escalera este del santuario, hay otro jardín de cerezos. Los cerezos de la variedad yōkō que ahí florecen tienen un rosa vivo y se han convertido en un símbolo de la primavera.