Un nuevo estudio sugiere que el coronavirus SARS-CoV-2 brotó entre mediados de octubre o noviembre del 2019, por lo que los expertos aseguraron que los esfuerzos de contención y mitigación por parte de las autoridades sanitarias fue ineficaz, pues las medidas de confinamiento comenzaron hasta finales del mes de enero. Es por ello que de haber sido detectado oportunamente, la propagación del virus no habría desatado una pandemia de Covid-19.
El trabajo se llevó a cabo por un grupo de microbiólogos de la Universidad de California, los cuales aseguraron que comprender el momento en que surgió el SARS-CoV-2 es fundamental para evaluar futuros enfoques, relacionados con el surgimiento de nuevos patógenos que se transmiten por zoonosis -infecciones contraídas por animales, que posteriormente la contagian a personas- y señalar los fracasos cometidos frente a la actual emergencia sanitaria.
De acuerdo con una publicación de “Science”, el primer caso oficial del Covid-19 fue detectado el 1 de diciembre del 2019. Sin embargo, existen informes que documentan diagnósticos positivos, registrados por el gobierno chino, que datan del 17 de noviembre de ese año en la ciudad de Wuhan y provincia de Hubei, en China: “Lo que sugiere que el SARS-CoV-2 estuvo circulando activamente durante al menos un mes antes de que se descubriera”, aseguraron.
En este contexto, los investigadores se dieron a la tarea de estudiar el reloj molecular del ADN del SARS-CoV-2 mediante análisis filogenéticos, que se basan, principalmente, en deducir el tiempo que ha pasado a partir que las secuencias genéticas se modificaron.
Este indicador, conocido bajo el término de “ancestro común más reciente” (tMRCA, por sus siglas en inglés) demostró que los genomas secuenciados del nuevo coronavirus se remontan a fines de noviembre o principios de diciembre de 2019, con estimaciones que se colocan a mitades de octubre del mismo año.
Luego que los científicos exploraran la dinámica evolutiva de la primera ola de infecciones por SARS-CoV-2 en China, con el estudio de 583 genomas completos del patógeno, aseguraron que el tMRCA detectado era posterior a los primeros casos documentados, por lo que concluyeron que los primeros linajes divergentes del virus se extinguieron. Este fenómeno se le conoce como “linajes basales”, pues se separan del grupo de manera temprana que las otras variantes.
“A medida que estos primeros linajes basales desaparecieran, el tMRCA de los linajes restantes avanzaría en el tiempo. Por lo tanto, interrogamos los árboles posteriores para determinar si este tiempo de coalescencia -fusión de todas las partes del virus- se había estabilizado antes de la secuenciación de los primeros genomas del SARS-CoV-2, el 24 de diciembre de 2019”.
Para estos efectos -ahondaron los autores del estudio- no fue necesario asociar los linajes basales con mutaciones específicas, ya que la inferencia filodinámica (estudio de los procesos epidémicos y la evolución de los patógenos) reconstruye la historia coalescente, no la historia mutacional, que es aquella que registra el número de variantes a través de las que se transforma el virus.
“Nuestros resultados definen el período comprendido entre mediados de octubre y mediados de noviembre de 2019, como el intervalo plausible cuando surgió el primer caso de SARS-CoV-2 en la provincia de Hubei”, revelaron en el documento.
Además, los académicos estadounidenses indicaron al 17 de noviembre como la fecha que representa el primer caso documentado de Covid.19. “Bajo este supuesto la mediana del número de días entre la infección del caso índice y la coalescencia estable, que produjera que el virus se propagara entre más personas fue de 37 días”.
En consecuencia, -prosiguieron los especialistas- el caso índice en Hubei, probablemente, puedo contraer el Covid-19 alrededor de los días 4 de noviembre, 15 o siete de octubre del 2019. “Es razonable postular que la variante de SARS-CoV-2 que surgió por primera vez era menos adecuada que la variante que se extendió por China y que la adaptación evolutiva fue fundamental para su establecimiento en los seres humanos”, concluyeron.
Fue así que los expertos aseguraron que de haber tomado medidas de prevención, durante los primeros indicios de la presencia de una nueva enfermedad, potencialmente letal, la situación actual sería muy distinta, por lo que lamentaron señalar las deficiencias existentes en los enfoques de vigilancia de zoonosis para detectar patógenos altamente contagiosos.
Por ello consideraron importante una modificación en el monitoreo de enfermedades, pues sólo de esta manera podrán contenerse “más de dos tercios de los eventos zoonóticos similares al SARS-CoV-2, que se convertirían en autolimitados y desaparecerían sin provocar una pandemia”.