En el engaño…
Se les citó. Fueron convocados a la Escuela Médico Naval de la Ciudad de México y, después de horas de espera, no fueron vacunados.
El comentario del “servidor” de la nación muestra el nulo entendimiento a toda la labor realizada por el gremio.
Siguen sin comprender que los cientos de médicos e integrantes del personal del sector salud privado —los cuales no han recibido la dosis para protegerse contra el covid— son tan merecedoras de la misma como sus similares en el sector público.
Ambos son los que han estado atendiendo a los enfermos (contagiados de covid o afectados por otra cosa) este largo año de enorme riesgo. De hecho, ese sector privado hoy despreciado, ha cumplido a punta cabal con el acuerdo de atender a pacientes del adscritos en el sistema público de salud.
Así, a pesar de quejarse por años, los miembros de la 4T han resultado ser los mayores discriminadores. Si eres blanquito, riquillo, del sector privado, mereces maltrato. Y luego dicen que no existe la discriminación inversa…
…se asoma la discriminación
El doctor Francisco Moreno Sánchez, infectólogo y jefe de medicina interna en el ABC, acusó discriminación contra médicos privados. Y lleva razón: los profesionistas y técnicos del sector médico fueron citados, mas no inmunizados, y se les excluye bajo el argumento de que trabajan en una institución privada.
¿Por qué el gobierno de cuarta no quiere vacunarlos? Porque para ellos, solo existe aquello sobre lo que pueden tener control. Todo aquel que muestre independencia o sea crítico del sistema (¿verdad Muñoz Ledo?) será excluido.
El no vacunar a todo el personal de salud demuestra un desdén por la población; es inhumano, atenta contra las garantías individuales de los mexicanos y presenta visos perversos de carácter electoral.
Cuando en un país el gobierno festeja el lento avance de su pésimo programa de vacunación, mientras que su personal de salud tiene que mendigar ser inoculados, señala que algo o todo está muy podrido.
La nueva baza de su discriminación: privado o público; los odios y los rencores. Y por añadidura, algunos miembros de la administración central exigen a quienes trabajan en el sector privado vayan a vacunarse al extranjero. ¿Es en serio? Es aberrante, eso es lo que es.
Eso y el doble rasero en su máxima expresión. La 4T puede difamar, mentir, robar, corromper, no licitar.
En la consagración por la pobreza… se asoma el comunismo
Ahora se entiende por qué López Obrador anuncia en plena Semana Santa su predilección por el comunismo, al tiempo que se ufana de ser cristiano, olvidando que aquel Cristo pedía que todos fueran iguales. Ese Cristo que hoy tanto nombra Andrés Manuel no hubiera entendido la perversidad de no vacunar a los médicos, justificada bajo una creencia ciega en las bondades del marxismo.
Y hoy, AMLO experimenta la inserción de México a esa nueva realidad que ha diseñado para nosotros desplegando prácticas soviéticas para el ámbito médico privado.
El desprecio por no vacunarlos conlleva a situaciones grotescas, como que el personal de salud tenga que explicar que todos son de ‘primera línea’ en plena pandemia. Los médicos y todo el personal de salud no deben esperar turno o dividirse en primera o segunda línea.
El riesgo del personal de salud en medicina ambulatoria, odontológica o la que pensemos, no respeta esa distinción. Todos enfrentan el mismo virus, pero el gobierno federal aplica la máxima: ‘hágase la austeridad en… los médicos del sector privado”.
Por ello es esencial que cada uno de los ciudadanos, en la medida de nuestras posibilidades (en redes, círculos sociales, ámbito laboral, etcétera), exija se vacune a todos quienes forman parte del sector de salud privado. Es nuestro deber ético —más allá de una moral cristiana o no— que seamos receptores y eco de denuncias y solicitudes de la materia en cuestión, difundiéndolas sin excepción, sin pereza, sin desidia. No se vale cejar.
Debemos exigir a la SSA una rendición de cuentas de los casos de inoculación en este sector y que se transparente el avance día a día en las conferencias vespertinas. Solo así tendremos un país para todos.
Eso sería lo verdaderamente cristiano; a eso debe comprometerse el presidente AMLO. Y no a las nociones comunistas perversas que nos quiere endilgar a cambio. Eso solo llevará a mayor miseria para el pueblo ignorante.