La madre hispana, detenida como sospechosa en el asesinato de sus tres hijos pequeños en Los Ángeles, estaba involucrada en una disputa por la custodia de los niños con el padre, quien solicitó que se evaluara la salud mental de la latina, según muestran los registros judiciales.
Liliana Carrillo, de 30 años, fue detenida el sábado por las autoridades del condado de Tulare, al norte del estado, después que el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) lanzó una alerta al encontrar a los tres niños sin vida en un apartamento en el barrio de Reseda, al norte de la ciudad.
La hispana estaba enfrascada en una disputa legal con su ex novio Erik Denton, quien el pasado 1 de marzo solicitó la custodia de los niños identificados como Joanna, de 3 años, Terry, de 2 años, y Sierra, de 6 meses, reportó el periódico Orange County Register.
Denton solicitó también una orden de evaluación mental para Carrillo el pasado 26 de marzo.
Por su parte la latina habría conseguido que un tribunal del condado de Los Ángeles expidiera una orden de restricción temporal contra Denton, que expiró el pasado 6 de abril, detalla el rotativo.
Denton, vive en Porterville, California, cerca de donde Carrillo fue detenida, después de recorrer más de 160 millas hacia el norte.
La abuela de los niños descubrió a los niños muertos el sábado por la mañana después de llegar de su trabajo.
La mujer también descubrió que su hija había escapado.
El personal del Departamento de Bomberos de Los Ángeles que atendió la emergencia declaró a los 3 niños fallecidos en la escena.
Los informes iniciales del LAPD indicaron que los niños habían sido apuñalados, pero las autoridades no confirmaron la causa de la muerte.
El LAPD tampoco estableció los posibles motivos del asesinato.
Los registros de la corte citados por el Orange County Register revelaron que la pareja vivió con su hijo mayor en un vecindario de Los Ángeles durante unos meses en 2018.
Más tarde vivieron la familia se trasladó a la ciudad de Murrieta, condado de Riverside hasta marzo de 2019.
Luego, la familia se mudó al norte del estado a Porterville, donde vivieron todos hasta el 25 de febrero, cuando Carrillo y los niños se marcharon y se estableció en el apartamento de su mamá en Reseda.
LAPD no ha informado el traslado de Carrillo del condado de Tulare a Los Ángeles.