La violencia sucitada el pasado viernes en Teocalchite, Jalisco (oeste de México) ocasionó que 197 familias abandonaran sus hogares.
La sicosis vivida en los últimos días y alimentada en las redes sociales, donde se alertaba de un enfrentamiento entre el Cártel de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, ocasionó el exodo de los pobladores. El mayor desplazamiento se registró en siete comunidades donde hubo choques entre hombres armados.
Hasta ahora el apoyo de las autoridades ha sido modesto, pues fue hasta 72 horas después de los tiroteos que el gobierno se movilizó a través de Protección Civil, el DIF y la Secretaría de Seguridad. “En estos momentos estoy camino a Teocaltiche para apoyar a las personas que tuvieron que salir de sus casas ante las amenazas de enfrentamientos entre grupos criminal y para supervisar los trabajos que estamos haciendo en la zona limítrofe con Zacatecas”, informó el mandatario estatal, Enrique Alfaro.
La parroquia del Divino Salvador, encargada de ayudar a las víctimas, contabilizó que hasta este miércoles 698 personas —entre ellas 230 menores de edad— habían sido forzadas a abandonar sus casas. El DIF repartió víveres como leches, cobertores, colchones, catres y pañales infantiles.
Al inicio de la actual administración, la Fiscalía General se convirtió en un organismo autónomo a la Secretaría de Seguridad Pública; sin embargo hasta el momento, aquel esquema de seguridad ha dado poco resultado.
La situación general de los desplazados es ciertamente difícil, pero podría empeorar más en el corto plazo, una vez que se acerquen las elecciones del 6 de junio.
Jalisco ha tenido un inicio de año violento. En febrero, apenas atravesaba el asesinato del ex gobernador de la entidad, Aristóteles Sandoval, cuando 11 albañiles fueron asesinados en el municipio de Tonalá.
La racha de inseguridad se extendió los siguientes meses, siendo el asesinato de tres hermanos la gota que derramo el vaso. El lunes 10 de mayo Jalisco despertó con una triste noticias: tres jóvenes de la familia González Moreno fueron ejecutados por presuntos miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
El terror descrito advierte que en un acto de confusión, los criminales habrían levantado y posteriormente asesinado a los jóvenes de 24, 27 y 32 años.
Uno de los puntos más polémicos de la investigación está relacionado con el hallazgo de una lona con un mensaje, abandonada junto a los cuerpos de los hermanos: “Para el gobierno: Esto les va a pasar a todos los del gobierno que estén mandado vestidos de civiles y en carros particulares, aprendan a respetar ¡No sean vendidos! Somos mexicanos, putos. ¡Vendidos vende patria! ¿Quieren respeto? Den respeto, usen uniformes y carros del gobierno porque a todos los que anden de civiles LES VA A PASAR LO MISMO” [sic] se leía.