Durante la tarde de ayer, el candidato del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) a la presidencia municipal de Uruapan, en Michoacán, Omar Plancarte, fue privado de la libertad cuando se encontraba en la comunidad de Caurio de Guadalupe.
El aspirante se encontraba en su rancho ubicado en la comunidad de Caurio de Guadalupe, en el municipio de Villa Jiménez, cuando fue sorprendido por hombres armados.
Desafortunadamente no es la primera vez que la familia Plancarte es víctima de la delincuencia organizada.
Los hermanos Plancarte fueron secuestrados
El pasado 2 de febrero de 2012, al filo de las 20:00 horas, entraron al fraccionamiento Jardines de Guadalupe seis elementos policiacos de Zapopan y un comando de la organización criminal.
Su encomienda era llevarse a cinco estudiantes universitarios de la casa 1427. Hubo testimonios y las grabaciones de la tienda Oxxo de la esquina, pero nadie proporcionó información.
Los privaron de su libertad a todos, pero dos días después liberaron a tres de ellos. Sólo se quedaron con los hermanos Omar y Miguel Plancarte Ramírez, de 24 y 22 años.
La operación estuvo a cargo del jefe de plaza de Guadalajara, Daniel Quintero, alias El Danny, uno de los personajes involucrados en el asesinato del secretario de Turismo local, Juan José Gallegos, en el año 2013, y detenido casi dos años después.
CJNG los mandó a elaborar drogas sintéticas
El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) tomó interés en este caso a partir del apellido paterno de los jóvenes, similar al de su enemigo, el exlíder de Los Caballeros Templarios, Enrique Kike Plancarte.
Supieron de los jóvenes, puesto que según su padre, familiares de Nemesio El Mencho, estudiaban en las mismas universidades.
Presuntamente, los sicarios se equivocaron, pero decidieron no devolverlos. En cambio, para que fueran rentables, los mandaron a un laboratorio para producir metanfetamina, una droga muy controlada por el grupo en la entidad.
Su padre, Omar Plancarte, tomó desde ese día la investigación luego de toparse con omisiones perpetradas por las autoridades, quienes le dijeron al escuchar su apellido: “Salte de aquí. Eres un templario”.
La historia de sus hijos revela una modalidad del CJNG en las desapariciones, donde los jóvenes son reclutados para elaborar drogas sintéticas.