Los dos aeropuertos internacionales de Shanghái cancelaron todos los vuelos y las autoridades prohibieron el domingo todas las actividades al aire libre, mientras el este de China se preparaba para la llegada del tifón In-fa.
Se esperaba que la tormenta castigara el domingo por la tarde la provincia de Zheijang, al sur de Shanghái, con entre 250 y 350 mililitros de agua (de 10 a 14 pulgadas), según la oficina nacional de meteorología.
“La gente no debe salir al aire libre por propia voluntad”, indicó la oficina.
El tifón dejó aguaceros en Taiwán, donde rompió árboles pero no se registraron muertos ni heridos. El domingo por la mañana mostraba vientos sostenidos de 155 kilómetros (95 millas) por hora, con ráfagas de hasta 191 kilómetros (120 millas) por hora.
En los aeropuertos de Shanghái Pudong y Shanghái Hongqiao se cancelaron cientos de vueltos y se esperaba que la cifra aumentara el lunes, según indicó la televisora estatal en su sitio web. Shanghái cerró los parques junto al río en el distrito de Bund, una zona popular entre los turistas.
El aeropuerto internacional en Hangzhou, al suroeste de Shanghái, también canceló vuelos.