Tokio-2020 recibió un duro golpe este martes. Naomi Osaka, la gran estrella del deporte japonés, que fue elegida para encender la llama olímpica en la ceremonia de apertura de los Juegos, fue eliminada en el torneo de tenis.
Pero ese golpe no vendría solo para el evento. Pocas horas después, la gimnasta estadounidense Simone Biles, destinada a ser la reina de los Juegos con su reto inicial de ganar seis medallas de oro, era reemplazada en la final del concurso general de equipos femeninos “por razones médicas” y es duda para el resto del evento, según la Federación Estadounidense de Gimnasia, antes de que la propia interesada hablase de que dio el paso para no comprometer su salud mental.
“Simone (Biles) se ha retirado de la competición por equipos por razones médicas. Serán realizados diariamente exámenes para determinar si puede recibir la luz verde médica para las competiciones que vienen”, indicó la federación estadounidense a la AFP.
La estrella de la gimnasia, cuatro veces oro olímpico en Rio-2016, abandonó brevemente la sala tras el ejercicio de suelo y luego regresó con su equipo, pero ya con el estatus de reemplazante para las barras asimétricas y los otros dos aparatos que quedaban en el programa (suelo, barra de equilibrio).