Cuando alguna persona enfermó y buscó atención médica en instituciones públicas entre 2018 y 2020 encontró menos respuesta que en años anteriores, sobre todo quienes viven en zonas rurales, revela el informe sobre medición de pobreza del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
En 2018, 22.3 millones de personas dijeron haber recibido atención médica en instituciones públicas, pero en 2020 el número de atendidos bajó a 13.8 millones. Esto significa una reducción de 38% durante los primeros dos años de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Los centros de salud de la Secretaría de Salud tuvieron una disminución de 32%, pues mientras en 2018 hubo 31.4 millones de personas atendidas, en 2020 bajó a 21.3 millones de personas. En tanto, el seguro social o IMSS bajó 22% entre quienes viven en zonas rurales
En cambio, lo que aumentó fue el número de personas atendidas en consultorios y hospitales privados, con 40%, pues en 2018 hubo 29.8 millones de personas y en 2020 pasó a 41.9 millones de residencia rural. Mientras que la atención en consultorios de farmacias pasó de 13.3 millones de personas atendidas a 17.4 millones, un incremento de 30%.
Esto significa que “dimos un paso atrás”, advierte Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de la organización Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, pues confirma lo que el Inegi había revelado antes, el gasto de bolsillo en salud aumentó en los últimos dos años entre las familias y, por aún, durante la pandemia, cuando el sector salud debía ser una prioridad.
El porcentaje de hogares con gasto catastrófico en salud, es decir, el pago de bolsillo en salud que supera el 30% del ingreso disponible de las familias aumentó de 2.1% a 3.9% a nivel nacional entre 2018 y 2020, lo cual “evidencia la vulnerabilidad de la población sin acceso a los servicios de salud”, advierte el Coneval.