El escenario de la política mexicana se ha mantenido bajo una constante tensión luego que se diera a conocer que la Fiscalía General de la República (FGR) investiga al militante del Partido Acción Nacional (PAN), Ricardo Anaya, por presunto enriquecimiento y operaciones ilícitas.
Desde el sábado pasado, fecha del anuncio, el ex candidato presidencial ha desestimado las imputaciones (surgidas a voz del exdirectivo de Petróleos Mexicanos (PEMEX), Emilio Lozoya Austin), siendo su arma principal el señalamiento de una persecución política en su contra por parte del presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), razón por la que se autoexiliaría.
Por su parte, en un primer momento, el mandatario se limitó a negar, en sus redes sociales, la acusación del panista y a exhortarlo a “no huir” y defenderse ante las autoridades.
Sin embargo, esta llama incrementó con más fuerza luego que el Jefe del Ejecutivo exhibiera y comentara el video-declaración que el panista colgó en su Twitter en donde, una vez más, lo señalara como el responsable detrás de la “persecución” y del citatorio para audiencia emitido por la Fiscalía.
“¿Y yo qué tengo que ver con el citatorio? (…) Que no me eche la culpa a mi. Que no sea marullero”, expresaba AMLO entre risas en la mañanera del lunes.
Es así que se detonó una serie de dimes y diretes entre ambos personajes – así como de los bandos que representan – que, según Raymundo Riva Palacio en su columna para Eje Central, avivó el fuego que ambos personajes arrastraban desde su encuentro en el debate presidencial del 2018.
con información de Infobae