A pesar de que la autoridad estatal tiene detectados a los integrantes de las dos principales bandas dedicadas al robo de vehículos particulares, en los últimos cuatro años Jalisco ha ocupado el segundo lugar en ese delito en el ámbito nacional.
Parte de la impunidad de la cual gozan los delincuentes se debe a la falta de personal en la Fiscalía General del Estado (FGE), a cargo de Gerardo Solís Gómez, revela un documento interno de la Secretaría de Seguridad Pública que encabeza Juan Bosco Agustín Pacheco Medrano.
Para investigar el robo de vehículos particulares –ilícito que se concentra en la zona metropolitana de Guadalajara, donde cada mes se presentan en promedio 660 denuncias por ese delito–, la fiscalía sólo cuenta con 15 agentes investigadores y 20 ministerios públicos en las distintas competencias: detención, investigación, judicialización, recepción de denuncias, devolución de vehículos y operativos.
Según el documento, el destino de las unidades robadas es la comercialización de sus partes o su venta a la delincuencia organizada. Policías de la fiscalía consultados detallan que cada auto se vende entre 5 mil a 10 mil pesos al Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
La organización criminal utiliza las camionetas robadas para trasladarse lo mismo en la sierra que en la ciudad, mientras que los vehículos de modelos atrasados les sirven para trasladar droga o para dejar en su interior a los ejecutados.
Los entrevistados también mencionan que el CJNG controla a las bandas de robacoches, las cuales cuentan con una “jurisdicción”. En caso de que un integrante de una célula invada territorio, recibe una golpiza o paga con la vida. Por eso es común que aparezcan cadáveres acompañados de una cartulina con mensajes amenazantes como: “Esto me pasó por rata”.
Los policías investigadores comentan que algunas bandas cuentan con protección de funcionarios de la FGE. Ellos se encargan de liberar a los robacoches cuando son detenidos y evitan que se integren las carpetas de investigación.
Los delincuentes, por su parte, colocan placas dadas de baja de otros estados o incluso de Jalisco a los vehículos robados para dificultar ser detectados; también suelen clonar las placas para circular libremente.
El pasado 16 de febrero, según los entrevistados, el fiscal Solís Gómez informó que una camioneta pick up utilizada para raptar a un comensal del restaurante Los Otates, en Zapopan –donde previamente hubo una balacera– tenía placas clonadas de una unidad oficial de su dependencia.
con información de Proceso