A Perla Araujo ya le pesan los años; reconoce que le duelen los brazos y las rodillas. Pero al vivir sola, tener que pagar renta y no contar con nadie que le ayude a solventar sus gastos, no tiene otra alternativa que seguir trabajando.
“Hasta que yo pueda”, dice en entrevista. Ella pertenece a ese 1% de Personas Trabajadoras del Hogar (PTH) que ha logrado afiliarse al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el programa piloto.
Ana Laura Aquino, activista de la agrupación Trabajadoras del Hogar Juntas en la Defensa de Todos Nuestros Derechos, también cuenta con seguridad social. Mientras que Matilde González está en espera de lograr ese derecho que será una obligación en México a partir de que se vote la iniciativa de reforma a la Ley del Seguro Social en el Senado de la República, en la próxima legislatura que comienza en septiembre de este año.
“El cambio legal es importante, pero eso no nos garantiza que las más de 2 millones de personas trabajadoras del hogar que somos en México vamos a poder acceder de manera inmediata, son procesos en los que vamos a tener que hacer mucho trabajo de coordinación y de diálogo con la sociedad, los empleadores. Cada quien tiene que aportar desde la responsabilidad que le corresponde”, asegura Norma Palacios, secretaria Colegiada del Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores del Hogar (Sinactraho).
Quien tenga personas trabajando en labores domésticas, ya sea diario o en días fijos de la semana y no las dé de alta en la seguridad social, cometerá un ilícito. Para lograr dicha obligatoriedad existen tres vertientes en las que se ha trabajado por parte del Gobierno federal y el IMSS: realización de la prueba piloto para la incorporación de las trabajadoras del hogar al Régimen Obligatorio del Seguro Social; modificaciones a la Ley del Seguro Social; y ratificación del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que a partir del 4 de julio de 2021 entró en vigor.
Pedro Américo Furtado de Oliveira, director de la Oficina de País para México y Cuba de la OIT, aseveró que si bien un país no adquiere un compromiso formal al ratificar un convenio, sí se adhiere a principios que deben aplicarse en un carácter voluntario.
“La OIT genera patrones mínimos para que los países pudiesen aplicar, adoptar y orientar sus políticas públicas y sabemos que para poder llegar a ello son procesos paulatinos”, dijo en el conversatorio “Hacia la implementación del Convenio 189 de la OIT en México y Seguridad Social”, el 7 de julio.
Furtado de Oliveira señaló que se debe reconocer el esfuerzo que el Estado mexicano ha puesto en marcha para saldar la deuda histórica con las PTH, entre ellas el programa piloto que, dijo, pese a la pandemia ha crecido sostenidamente.
La afiliación de las PTH se ha visto como un acto de buena voluntad. Por ello, se reitera que hacerlo es pagar una “deuda histórica” con este sector de la población feminizado y precarizado conformado por 2 millones 288 mil 680 personas, de las cuales 95 por ciento son mujeres, de acuerdo con datos de 2020 de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
“Esta ley no es de buena voluntad. A partir de que votemos la reforma a la Ley del Seguro Social, va a ser obligatorio. Ok, tú no la registras, ella no sabe que tiene ese derecho, pero si le pasa algo en el trayecto a tu casa, se cae dentro de la casa, si se enferma, si se inhabilita y no la tenías registrada en el Seguro Social, se puede judicializar el tema y te va a costar retroactivo”, menciona en entrevista Patricia Mercado, senadora de Movimiento Ciudadano.
Perla Araujo, de 69 años, trabajó en el Hospital General de México como parte del equipo de limpieza. La contrató una empresa privada que, se suponía, la tenían afiliada al IMSS, pero cuando se cayó y se fracturó un hombro descubrió que había periodos en los que la daban de baja sin avisarle. El momento de su caída fue uno de esos.
Fue despedida por quejarse. Los mismos médicos de este hospital de la Secretaría de Salud la atendieron y algunos otros la contrataron como trabajadora del hogar en sus casas. Aun en pandemia, la ayudaron a darse de alta en el Seguro Social.
“Por mi edad, a mí ya no me dan trabajo en cualquier parte y esto es algo que puedo hacer. Por todo eso, yo les vivo eternamente agradecida”, explica.
con información de Animal Político