Desde hace cinco meses, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se encuentra en medio de una intensa turbulencia política. Y es que luego de los resultados electorales del pasado 6 de junio en los que el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) perdió la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, el mandatario abrió la posibilidad de negociar con el tricolor las reformas que su gobierno tiene en el tintero.
Una de ellas, la cual ha generado una gran polémica, es la iniciativa de reforma eléctrica presentada por López Obrador el pasado 1 de octubre, mediante la cual se pretende “fortalecer” a la Comisión Federal Electoral (CFE) quitándole los permisos de generación de energía eléctrica a las empresas privadas; por lo que las presiones presidenciales y legislativas sobre el Revolucionario Institucional se han comenzado a sentir.
Aunque su dirigente nacional y actual diputado, Alejandro Moreno “Alito”, ha asegurado que al PRI nadie lo presiona e incluso reivindicó su alianza dentro de “Va por México” conformada con Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democrática (PRD); ha habido voces dentro del mismo priismo, como la del gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat -quien se rumora, podría relevar a Manuel Bartlett al frente de la CFE- que ha pedido una “oportunidad” para evaluar la reforma.
En medio de esta agitación política, Andrés Manuel López Obrador hizo una invitación expresa al exgobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz Coppel, para ser embajador de México en España. Pero el pasado 31 de octubre, el Consejo Político Nacional (CNP) del PRI le negó el “permiso” para aceptar la invitación presidencial.
El argumento fue que el ofrecimiento al sinaloense busca dividir al partido y a la alianza opositora “Va Por México”.
En entrevista con Infobae México, el politólogo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Mario Alberto Huaracha Alarcón, consideró que la situación en la que se encuentra el PRI es complicada, pero admitió que lo que más le convendría al tricolor -en términos de políticos- sería aliarse con Morena en el Congreso para sacar adelante la iniciativa de reforma eléctrica.
Al ser cuestionado sobre si estaría en riesgo la alianza entre el PRI, PAN y PRD como lo señaló el partido tricolor para negarle el “permiso” a Quirino Ordaz, el experto destacó que son casos distintos.
“Desde mi punto de vista, un asunto es la ‘negativa del permiso’ y otro es la eventual alianza legislativa que el PRI condiciona a cambio de modificar las partidas del presupuesto de egresos. Para mí son casos separados que no tienen vinculación. En el primer caso, la lectura de la dirigencia del PRI es que Quirino está viendo por lo suyo de forma individual, no como cuadro del partido. Quirino accedió a cargos a través de éste a través de éste desde los ochenta pero fue la gubernatura, el cargo que le permitió desarrollar su propio capital político. Esto es algo común en política (y hay ejemplos claros en los distintos niveles de gobierno), no es un asunto de lealtades, así funciona la política partidista. Los partidos son empresas políticas y los políticos, empresarios políticos. Cada uno busca obtener rendimientos. Obvio que en el discurso público, la dirigencia nacional cuestiona la “lealtad del gobernante hacia el PRI”, “lo acusa de traición al priismo sinaloense… de allí el argumento de la negativa (no darle permiso de aceptar el cargo) en congruencia con la alianza de oposición a favor del país para y de hacerle contrapeso al partido en el gobierno”, señaló.
“(En torno a la alianza legislativa) yo creo que la dirigencia del PRI tuvo que evaluar la relación pérdida-ganancia, según lo que más le convendría en términos de influencia política en el Congreso en pos de su agenda, su imagen pública y obvio sus ganancias electorales rumbo a las elecciones del próximo año. Entonces, en términos pragmáticos, lo que más le conviene al PRI es aliarse para mejorar sus números electorales en corto y mediano plazo. Pero el PRI tenía sólo dos salidas en los inmediato: una era directamente aceptar y romper su alianza con los opositores, la otra era aprovechar la oportunidad (la convocatoria del AMLO a aliarse) para ponerle precio a sus votos (legislativos) y darse juego en la opinión pública. Fue lo que hizo: condicionar el apoyo legislativo en favor de la reforma eléctrica por modificaciones en el presupuesto de egresos. Así, ante la opinión pública enarbola su “rol opositor” en favor de los temas más apremiantes del país sin romper su acuerdo opositor con el PAN y PRD. Esto le dá tiempo para negociar sus ganancias electorales y legislativas. Recordar que los partidos son empresas políticas, cuya razón de ser es el acceso al poder político”, destacó.
“El asunto del presupuesto es crucial para hacer política en todos los niveles. Ser político es un trabajo remunerado, no altruista, el funcionamiento de un partido es como de una empresa comercial no el de una organización filantrópica. Para gobernar también se necesita dinero, la política legislativa lo mismo. Ese dinero es dinero público. Entonces, ¿qué está pidiendo el PRI a cambio de ir con Morena en la reforma eléctrica?, modificar rubros presupuestales de los que sus gobiernos municipales se benefician. Esto es, que les llegue más dinero a sus gobiernos para sus políticas y su política, garantizando con esto reelecciones y la ampliación de los municipios gobernados, más distritos electorales, más legisladores”, explicó.
El académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM señaló que el futuro de la alianza opositora es complicada en un futuro mediano, porque depende de resultados electorales.
“Desde mi punto de vista, un asunto es la ‘negativa del permiso’ y otro es la eventual alianza legislativa que el PRI condiciona a cambio de modificar las partidas del presupuesto de egresos. Para mí son casos separados que no tienen vinculación. En el primer caso, la lectura de la dirigencia del PRI es que Quirino está viendo por lo suyo de forma individual, no como cuadro del partido. Quirino accedió a cargos a través de éste a través de éste desde los ochenta pero fue la gubernatura, el cargo que le permitió desarrollar su propio capital político. Esto es algo común en política (y hay ejemplos claros en los distintos niveles de gobierno), no es un asunto de lealtades, así funciona la política partidista. Los partidos son empresas políticas y los políticos, empresarios políticos. Cada uno busca obtener rendimientos. Obvio que en el discurso público, la dirigencia nacional cuestiona la “lealtad del gobernante hacia el PRI”, “lo acusa de traición al priismo sinaloense… de allí el argumento de la negativa (no darle permiso de aceptar el cargo) en congruencia con la alianza de oposición a favor del país para y de hacerle contrapeso al partido en el gobierno”, señaló.
“(En torno a la alianza legislativa) yo creo que la dirigencia del PRI tuvo que evaluar la relación pérdida-ganancia, según lo que más le convendría en términos de influencia política en el Congreso en pos de su agenda, su imagen pública y obvio sus ganancias electorales rumbo a las elecciones del próximo año. Entonces, en términos pragmáticos, lo que más le conviene al PRI es aliarse para mejorar sus números electorales en corto y mediano plazo. Pero el PRI tenía sólo dos salidas en los inmediato: una era directamente aceptar y romper su alianza con los opositores, la otra era aprovechar la oportunidad (la convocatoria del AMLO a aliarse) para ponerle precio a sus votos (legislativos) y darse juego en la opinión pública. Fue lo que hizo: condicionar el apoyo legislativo en favor de la reforma eléctrica por modificaciones en el presupuesto de egresos. Así, ante la opinión pública enarbola su “rol opositor” en favor de los temas más apremiantes del país sin romper su acuerdo opositor con el PAN y PRD. Esto le dá tiempo para negociar sus ganancias electorales y legislativas. Recordar que los partidos son empresas políticas, cuya razón de ser es el acceso al poder político”, destacó.
“El asunto del presupuesto es crucial para hacer política en todos los niveles. Ser político es un trabajo remunerado, no altruista, el funcionamiento de un partido es como de una empresa comercial no el de una organización filantrópica. Para gobernar también se necesita dinero, la política legislativa lo mismo. Ese dinero es dinero público. Entonces, ¿qué está pidiendo el PRI a cambio de ir con Morena en la reforma eléctrica?, modificar rubros presupuestales de los que sus gobiernos municipales se benefician. Esto es, que les llegue más dinero a sus gobiernos para sus políticas y su política, garantizando con esto reelecciones y la ampliación de los municipios gobernados, más distritos electorales, más legisladores”, explicó.
El académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM señaló que el futuro de la alianza opositora es complicada en un futuro mediano, porque depende de resultados electorales.
“Cuando pienso en una alianza opositora con esos tres partidos (dos partidos que han ido de primera a segunda o tercera fuerza nacional -PRI y PAN- y otro más que lleva décadas ubicándose como tercera o cuarta (hasta quinta) fuerza política -PRD-) imagino lo complicado que será negociar candidaturas, cargos y, posiciones. Legislativamente creo que es más fácil que se pongan de acuerdo que en la organización de las elecciones. Los eventuales acuerdos de esta alianza con miras a las elecciones son tentativos, porque las circunstancias cambian conforme se acercan las elecciones y esto pone en riesgo las expectativas e intereses de ganancia electoral que tienen estos partidos. Por eso creo que el PRI tiene mejores expectativas de ganancia electoral e influencia si le dá sus votos a Morena”, apuntó.
El también profesor de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) señaló que en la alianza “Va por México”, el PAN es el partido más fuerte (en términos numéricos en el Congreso), sin embargo, destacó, la realidad es que la oposición está debilitada.
“También hay una debilidad de la oposición porque existe mucha tránsfuga, se van a otros partidos que les ofrecen más ganancia (cargos, visibilidad pública). Es un mercado político, donde para la mayoría es un asunto de tener trabajo o mejorar el sueldo o tener mejores oportunidades de construir carrera, poder, influencia… (chapulineo, como se le conoce popularmente), la oposición está débil. Pero además porque es complicado ser oposición, jugar en el rol opositor. Más si los partidos que actualmente son oposición, ya tuvieron experiencias de gobierno. A esto se suma el monopolio de la agenda ideológica por parte del Presidente (que parece que siempre está en campaña) y la polarización que genera, el descrédito de la política y los políticos. Son muchos factores”, señaló.
Recordó el audio de Marko Cortés, presidente nacional del PAN que se filtró en días pasados y en donde reconoció que en las próximas elecciones de 2022, Acción Nacional solo ganará la gubernatura de Aguascalientes.
“Hace unos días salió este audio de que Marko Cortés dice ‘solo tenemos chance de ganar Aguascalientes’ y algunos (miembros) de su partido se escandalizaron acusando al líder nacional panista de derrotismo, de una nociva actitud derrotista. Yo no creo que la declaración de Cortés sea eso, es reflejo de la forma como funciona la política electoral y de la racionalidad de los políticos. Los partidos son empresas políticas y los políticos sus empresarios. Desde la mentalidad empresarial, tú racionalizas tus inversiones, los giros en los que te involucras, los productos o servicios que vendes, analizas dónde tu capital genera mejores rendimientos y dónde tienes mejores posibilidades de desarrollar tu actividad comercial.… Entonces los partidos son lo mismo: sopesan de manera muy clara, muy objetiva y muy pragmática sus oportunidades y riesgos (…) en lo electoral hay decisiones racionales, lo que yo he visto es que donde tienen posibilidad de ganar: va toda la carne al asador, en donde no, ni le mueven porque son recursos perdidos”, apuntó.
“Entonces redondeando un poco, ¿qué va a decidir el PRI? A mí me sorprendería que decidiera que no va (a la alianza legislativa con la reforma) porque en términos de los costos que podría tener, se le reduciría los costos si sí va y le aumenta los costos si no va”, señaló.
“Y quién sabe qué tendrán por ahí por debajo de la manga… Como mexicano, yo desearía que no fuera para hacerle contrapeso a la bancada legislativa y a las propuestas del presidente López Obrador (….) porque gobierna de forma carismática, demagógica, dá línea, como si estuviéramos en los (años) 70″, concluyó el especialista.co
información de Infobae, https://www.google.com/amp/s/www.infobae.com/america/mexico/2021/11/13/entre-la-alianza-con-morena-y-va-por-mexico-el-pri-se-ha-convertido-en-el-fiel-de-la-balanza-en-los-tiempos-de-la-4t/%3foutputType=amp-type