Existe un alza de la violencia contra las mujeres defensoras en el país, un riesgo que ellas corren pese a sus preocupaciones. En entrevista, narran cómo buscan reivindicar esta actividad, con el apoyo de organizaciones de la sociedad civil.
Ser defensora de derechos humanos en México es una labor riesgosa, precarizada en la gran mayoría de los casos, poco valorada socialmente y, en ocasiones, hasta criminalizada. Los testimonios de quienes se dedican a esta labor lo confirman. En entrevista, cinco defensoras y un defensor cuentan sobre su labor y los riesgos que conlleva.
“Las mujeres defensoras de derechos humanos sufren un doble riesgo por la labor que realizan, este doble riesgo está caracterizado por nuestra condición de ser mujeres y por el trabajo de defensa de derechos humanos que realizamos”, señala Verónica Vidal, directora del Programa Libres de Violencia del Fondo Global para las Mujeres.
Así lo demuestran los datos de la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en México, que ha documentado un alza de la violencia contra las mujeres defensoras en el país: en 2019, los incidentes contra defensoras y periodistas fueron 812. Para el 2020, registró mil 528 agresiones. Este año, hasta octubre, han contabilizado 970.
Las más agredidas son las periodistas por su defensa del derecho a la información y la libertad de expresión. En segundo lugar, están las que defienden el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia. Le siguen las defensoras del derecho a la verdad, justicia y reparación del daño y luego las que luchan por la tierra, el territorio y el medio ambiente.
“Las defensoras de derechos humanos están en la primera línea de respuesta, defienden el territorio, ellas acuden a los domicilios de las víctimas, acompañan a las familias, se vuelven amigas y compañeras, ellas mismas han sido víctimas y, con su valentía, se han vuelto sobrevivientes, su voz es esencial en la búsqueda de justicia y no repetición”, señala Nayeli Sánchez, coordinadora de la iniciativa Spotlight de ONU Mujeres.
La iniciativa que Sánchez coordina desde ONU Mujeres busca dar visibilidad a las defensoras de derechos de las mujeres con campañas en redes sociales, así como con otras iniciativas como el Seminario de Violencia y Paz de El Colegio de México, donde se han realizado cursos con el objetivo de fortalecer las “Redes feministas para la paz” y las capacidades del movimiento amplio de mujeres en “Búsqueda forense con perspectiva de género”.
Spotlight —campaña de las Naciones Unidas y la Unión Europea orientada a eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas— también ha trabajado con el Poder Legislativo federal y de Chihuahua para incluir las prioridades de reforma sobre las defensoras de derechos humanos, víctimas y sobrevivientes. Una de las principales es la propuesta de reforma a la Ley Federal de los Servidores Públicos para que las y los funcionarios asuman su responsabilidad en la obstrucción de la justicia.
Celia Guerrero, periodista independiente/ Aristegui Noticias