Los talibanes han comenzado a eliminar las imágenes de mujeres que suelen decorar los escaparates de los salones de belleza de Kabul al considerarlas contrarias al islam, afirmó este miércoles un representante de la formación a Efe.
“Se trata de una decisión del Emirato Islámico (como se autodenomina el Gobierno interino de los talibanes) alcanzada en el Gabinete y sugerida por el Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio”, dijo a Efe un portavoz del ayuntamiento de la capital afgana, Niamatullah Barakzai.
El representante afirmó que la decisión de eliminar los rostros femeninos de los escaparates, muchos de los cuales fueron embadurnados de negro ante el temor a represalias tras la captura de Kabul el pasado 15 de agosto por los talibanes, será implementada en todo el país.
“Esta decisión será implementada en todo Afganistán, pero el municipio de Kabul solo es responsable de aplicar la norma en sus 22 distritos”, señaló Barakzai.
Además, el portavoz señaló que la orden de retirar carteles no se limita a los salones de belleza, sino que incluye a todas las imágenes consideradas por los fundamentalistas como contrarias a la ley islámica.
Un representante del poderoso Ministerio de la Virtud, situado en el edificio capitalino que antes albergaba al Ministerio de la Mujer, negó sin embargo que la retirada de carteles se haga a instancia suya.
“Por ahora no hemos tomado ninguna acción o emitido ninguna orden” al respecto, dijo a Efe el portavoz de la cartera, Mohammad Sadiq Akif.
Los dueños de tiendas y salones de belleza afirman que la orden de retirar los carteles supone un nuevo varapalo para sus negocios, en un contexto de grave crisis económica y humanitaria en el país asiático.
“Atraemos a la mayoría de nuestras clientas gracias a fotografías y carteles”, especialmente a aquellas que no saben leer y se dejan guiar por las imágenes, explicó a Efe Razmina Rasooli, propietaria de un salón de belleza en la capital afgana.
Antes de que los talibanes conquistaran el poder, el negocio veía pasar entre treinta y cuarenta clientas al día.
“Estos días se ha reducido a diez o quince, y algunos días ni tenemos clientes”, lamentó Rasooli, cuyo salón sustenta a los seis miembros de su familia.
Los talibanes han afirmado que permitirán trabajar y estudiar a las mujeres, aunque hasta ahora han prohibido la educación secundaria y superior femenina hasta que les proporcionen el, según ellos, ambiente ideal para que puedan volver a las clases.
Los fundamentalistas también han limitado el regreso de las mujeres a ciertos puestos de trabajo, desencadenando la condena internacional.
con información de EFE