El Gobierno del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, tendrá como prioridades en el Parlamento para 2022, último año de su mandato, ampliar las facilidades para la venta de armas a civiles y liberar la minería en tierras indígenas, entre otros proyectos.
Las prioridades legislativas del Gobierno del líder de la ultraderecha fueron publicadas este miércoles en el Diario Oficial e incluyen proyectos de ley que apuntan a flexibilizar la liberación de licencias ambientales, una reforma tributaria y la privatización de la empresa de Correos, que debe ser autorizada por el Parlamento.
En los dos últimos casos, los proyectos tramitan desde hace un año en las cámaras legislativas, pero no han encontrado el respaldo necesario, ni siquiera en la base conservadora y de ultraderecha que respalda al Gobierno de Bolsonaro.
Entre las llamadas “prioridades legislativas”, el Gobierno citó además propuestas para reducir la edad de responsabilidad penal de 18 a 16 años en los casos de homicidio y un endurecimiento de las penas que se aplican a los culpables de pedofilia.
Asimismo, el Gobierno se comprometió a impulsar un proyecto de ley que reposa en el Parlamento desde 2002 y plantea alterar las normas que rigen el uso de productos químicos en la agricultura, que la oposición califica de “paquete del veneno”, pues pudiera abrir la puerta a nuevos y agresivos pesticidas agrícolas.
Todos estos proyectos apenas están en el inicio de los trámites en las cámaras, que tendrán sus actividades limitadas este año por las elecciones presidenciales, legislativas y regionales que se celebrarán en el país en octubre.
El Parlamento tendrá su habitual receso de mitad de año durante el mes de junio, y a partir de ese momento los legisladores se volcarán de lleno a las campañas electorales, con lo que sólo retomarán su ritmo habitual en trabajo después de los comicios.
También es posible que la correlación de fuerzas en el Congreso, hoy favorable a Bolsonaro, se altere en marzo, mes en que los parlamentarios pueden cambiar de partido político, un movimiento tradicional en la política brasileña de cara a un proceso electoral.
Hasta ahora, todas las encuestas coinciden en situar como claro favorito para las presidenciales al exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, a quien se le atribuye una intención de voto del 45 %, frente al 25/30 % que obtendría Bolsonaro, quien intentará renovar su mandato en octubre.