Luis Echeverría Álvarez, expresidente de México, murió ayer con 100 años de vida y la “mancha” eterna de sus actos, pues se le responsabiliza del famoso “Halconazo”, también conocido como la matanza del Jueves de Corpus, en la que miembros de un grupo paramilitar abrieron fuego contra estudiantes.
El 10 de junio de 1971, cuando se celebraba el Jueves de Corpus, estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN) salieron a las calles en apoyo a la huelga de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), reuniéndose alrededor del metro Normal para marchar hacia el Zócalo capitalino.
Esto fue porque a finales de la década de 1960, tanto profesores como estudiantes de la UANL, presentaron una ley orgánica donde se proponía un gobierno paritario, por lo que llegó a Héctor Ulises Leal Flores a la rectoría.
En desacuerdo con dicha ley orgánica, el gobierno redujo los presupuestos y obligó al Consejo Universitario a aprobar un nuevo proyecto de ley donde se suprimía la autonomía de la casa de estudios.
Debido al recorte presupuestario, los estudiantes de la UANL salieron a manifestar su descontento, pidiendo apoyo a las demás universidades del país, provocando que se uniera la UNAM y el IPN.
La marcha del 10 de junio inició en las inmediaciones del Casco de Santo Tomás, para después tomar la calle de Carpio y salir hacia la Calzada México-Tacuba.
Sin embargo, cuando el contingente avanzaba por Avenida de los Maestros, los estudiantes fueron atacados por un grupo paramilitar conocido como “los halcones”, por lo que, a la matanza, se le bautizó como “el halconazo”.
“Los halcones” eran un grupo de jóvenes reclutados en barrios marginados y violentos de la capital mexicana que habían sido entrenados por militares de los gobiernos de México y los Estados Unidos a finales de esa década.
De acuerdo con información de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), usaron balas calibre 45 y carabinas 30 M-2, con lo que abatieron a jóvenes manifestantes, quienes corrieron para poder salvar sus vidas.
La persecución terminó horas después, pero la CNDH relata que los hombres armados intimidaron en las salas de urgencia de los hospitales, a médicos y enfermeras, para que no atendieran a los marchistas heridos.
Luis Echeverría Álvarez fue jurídicamente exonerado de toda culpa, “por falta de evidencia tangible”, y aún se desconoce el número real de muertos, desaparecidos o heridos en el “halconazo”, sin embargo, la cifra oficial señaló ciento veinte fallecidos y cientos de heridos, entre los que había estudiantes, civiles y prensa.
Con información de: Radio Fórmula