“Quería poder mostrarle esto a mis seguidores. Es una experiencia bastante costosa, es el equivalente a ir al espacio, pero al lado contrario”, declaró
Alan Estrada después de convertirse en el primer mexicano en visitar los restos del Titanic. El primer intento por conocer el lugar de reposo de una de las embarcaciones más populares de la historia sería decepcionante para Alan Estrada, pues la misión se cancelaría como consecuencia de complicaciones técnicas. Pasaría casi un año antes de que el vlogger, actor y productor volviera a intentar llegar a las profundidades del océano y explorar aquello a los que muy pocos en el mundo han tenido acceso.
“Nunca había sido el primer mexicano en nada, entonces me emocioné y me pareció un título que comercialmente puede funcionar. Fue muy emocionante estar allá abajo, sobre todo por la conexión que cada persona pueda tener con el Titanic. Es una historia que todos conocemos que está llena de misticismo y que transformó la industria del transporte marítimo de pasajeros, no se puede negar la importancia del Titanic”, comentó el actor.
Toda la experiencia de Alan Estrada con el Titanic está documentada y publicada en su canal de YouTube, Alan X el mundo, faceta que ha resultado sumamente exitosa para él y en donde hoy cuenta con más de 3.18 millones de seguidores.
Dividido en cuatro videos (dos filmados hace 11 meses y dos publicados hace unos días), la exploración en sumergible de Alan Estrada muestra su camino hasta San Juan de Terranova, en Canadá, de donde sale la expedición organizada por Ocean Gate, compañía enfocada en la creación y desarrollo de sumergibles.
“Fue una experiencia increíble, estuvimos doce horas en total dentro del sumergible. Es un sumergible completamente experimental y hay muchas cosas pueden salir mal, afortunadamente todo salió bien”, contó Alan.
El sumergible en cuestión puede transportar a cinco personas; el piloto, copiloto y tres turistas. Alan Estrada explica que el viaje duró siete horas, aproximadamente, pero esto llega a variar dependiendo de un amplio número de variables.
Además, aclaró que esta fue una experiencia única en todo sentido, pero que está dirigida a un público que tenga la solvencia económica para pagar este tipo de actividades.
“Lo que ellos están ofreciendo, aunque no les guste el término, es una experiencia de turismo de lujo”, expresó.
Lo malo y el material audiovisual de la experiencia
Durante el último video de su viaje a los restos del Titanic, Alan Estrada compartió que vivió momentos tensos con el personal de Ocean Gate, pues, asegura que algunos miembros del staff se mostraron groseros con él cuando pidió el material audiovisual (filmado durante la expedición) que se le había prometido al inicio del viaje.
“Aunque no tengo credenciales de prensa, la compañía sabía perfectamente lo que yo hago. Desde el día uno saben que tengo un vlog de viajes y que mi intención era documentar la experiencia para mostrarlo en mi canal. Originalmente, el sumergible tenía varias cámaras para captar los restos del Titanic, acabó teniendo solo una; Les pregunté que si tenía acceso a ese material y me dijeron que por supuesto que sí, a excepción de si algo de ese material incluía algún descubrimiento de los restos o algún tema de algún animal extraño”, explicó.
“Solicité acceder a este material para incluirlo en mi video porque contaba con él y la empresa se negó a dármelo alegando que tenían que esperar a que el CEO de la compañía lo autorizara. Pasaron los días y me dijeron que habían autorizado unos clips, pero me dieron menos de un minuto del material de la cámara”.
Alan describe que reclamó y defendió su trabajo, pero que terminó decepcionado por la actitud de la empresa, Ocean Gate, ante sus peticiones e incluso tuvo que recurrir a utilizar material audiovisual de sus compañeros de viaje para poder editar su video de forma exitosa.
El actor y viajero concluye que el servicio de Ocean Gate, así como las expediciones turísticas al Titanic, aún tienen un largo camino que recorrer, especialmente con la hospitalidad y servicio al cliente y la relación entre costo y beneficio. A pesar de esto, invita a los interesados a conocer su experiencia a través de los videos de su expedición y llegar a sus propias conclusiones.
Con información de: Milenio