Hace 8 años atrás, el 12 de agosto de 2014, el mundo se conmocionaba la noticia de que Robin Williams se había suicidado se dio a conocer. Pero cómo podía ser, si el actor era aquel cómico que durante generaciones sacó millones de sonrisas alrededor del mundo.
No hay dudas de que Williams fue uno de los actores más adorados de los ’90 y comienzos de siglo. Sin embargo, el rostro que mostraba al mundo era totalmente diferente en la intimidad.
Su tercera esposa Susan Schneider, a tantos años de su muerte, habla sobre los sentimientos que azotaron al actor antes de tomar aquella determinante decisión.
Si bien el documental Robin’s Wish, lanzado en 2020, aborda algunos de los detalles detrás de la enfermedad degenerativa que el actor sufría, su esposa decidió ahondar aún más.
La enfermedad que lo deterioró
Demencia de Cuerpos de Lewy es el nombre de la enfermedad de Williams enfrentaba antes de morir. Se trata de una enfermedad neurodegenerativa, señalada como la tercera causa de demencia después del Alzheimer y la demencia vascular.
Según ha comentado su esposa, la vida del actor hasta 2013 fue totalmente óptima y normal. Sin embargo, fue en medio de su segundo aniversario de bodas, ya que se casaron en 2011, cuando el actor comenzó a quejarse de un fuerte “malestar estomacal”.
Poco después, Robin comenzó a experimentar un temblor en su mano izquierda, aunque lo atribuyó a una vieja lesión del hombro.
Si bien el documental Robin’s Wish, lanzado en 2020, aborda algunos de los detalles detrás de la enfermedad degenerativa que el actor sufría, su esposa decidió ahondar aún más.
La enfermedad que lo deterioró
Demencia de Cuerpos de Lewy es el nombre de la enfermedad de Williams enfrentaba antes de morir. Se trata de una enfermedad neurodegenerativa, señalada como la tercera causa de demencia después del Alzheimer y la demencia vascular.
Según ha comentado su esposa, la vida del actor hasta 2013 fue totalmente óptima y normal. Sin embargo, fue en medio de su segundo aniversario de bodas, ya que se casaron en 2011, cuando el actor comenzó a quejarse de un fuerte “malestar estomacal”.
Poco después, Robin comenzó a experimentar un temblor en su mano izquierda, aunque lo atribuyó a una vieja lesión del hombro.
No pasaron demasiadas semanas antes de que el resto de los síntomas aparecieran. Desde dolencias que iban y venían, calambres estomacales, problemas digestivos y acidez, hasta problemas de vista y olfato.
Esto provocó que el actor comenzara investigar con los médicos qué podía ser lo que provocaba dichos síntomas, aunque no había respuestas.
A medida que buscaban la respuesta, los síntomas siguieron avanzando.
“Fue como un desfile interminable de síntomas y no todos se hacían presentes a la vez. ¿Qué síntoma le toca este mes? Llegué a preguntarme si mi esposo era hipocondríaco. Acudimos a todo tipo de especialistas, pero no había respuestas… Lo intentamos todo“, recordó Schneider.
El actor fue diagnosticado con Mal de Párkinson, aunque no era aquello lo que tenía. Su esposa contó en 2020 que el actor estaba desesperado por entender qué pasaba en su cuerpo.
“Robin y yo sabíamos que pasaba algo más, él estaba en lo cierto cuando me dijo, ‘yo solo quiero reiniciar mi cerebro’. En ese momento, le prometí que íbamos a llegar al fondo de todo, lo que no sabía es que eso ocurriría después de su muerte”, dijo en la entrevista.
Robin Williams se cansó de luchar
Su esposa siguió contando que, poco antes de que el actor falleciera, los doctores indicaron que durmieran en camas separadas. De esta forma, el insomnio del actor no afectaría a su esposa y ambos podrían encontrar la forma de descansar mejor.
Él me dijo, ‘¿esto significa que estamos separados?’”, recordó.
Ese fue un momento shockeante, el instante en que te das cuenta que hay una especie de abismo entre vos y tu mejor amigo, tu compañero, tu amor. Ves realmente dónde se genera, pero te das cuenta que no está basado en la realidad. Fue un momento muy difícil”.
Sumado al insomnio, el actor sufría de un miedo inexplicable y una ansiedad extrema, algo que no le permitía estar tranquilo ni siquiera en su propia casa. Temía volverse loco, le temblaban las manos, no descansaba. Y sumado a ello, dejó de lado su carrera actoral.
La depresión se apoderó de él, no sabía que ocurría, pero sabía que aquello no era sólo Parkinson. Vivió sus últimos meses torturado, le costaba recordar sus líneas o comprender dónde estaba.
Fue después de su muerte cuando el diagnóstico de Williams llegó. Fue en la autopsia realizada al cuerpo, donde descubrieron que no había restos de sustancias ni nada por el estilo, por lo que las posibles causas de muerte comenzaron a descartarse.
Fue entonces cuando descubrieron que padecía demencia con cuerpos de Lewy. Se trata de una acumulación de proteínas en el cerebro que forman placas e impiden el correcto funcionamiento del cerebro.
A 8 años de su muerte, las respuestas de su enfermedad están sobre la mesa. Sin embargo, el mundo se sigue preguntando cómo seguir sin él, un claro ejemplo de los seres de luz.
Con información de: Excélsior