Hace unos días fue desarticulada en Buenos Aires una ‘escuela de yoga’ que operaba más como secta, muy al estilo NXIVM.
En medios se informó que Plácido Domingo podría estar relacionado con esta secta por unos audios que se hicieron públicos en el que se escucha al tenor conversar con los líderes de la secta.
¿Cómo funcionaba la secta?
De acuerdo con lo revelado, cada mes los alumnos debían entregar, sí o sí, un sobre con una aportación económica de 10 mil dólares ¿la razón? demostrar fidelidad a Juan Percowicz, un hombre que se hacía llamar ‘maestro’ o ‘ángel’.
No conforme con los aportes económicos, el día de su cumpleaños debían hacerle un regalo en dólares, este año la suma era de 65 mil dólares.
Además, los alumnos eran obligados a mantener relaciones entre ellos y con gente poderosa con la promesa de terminar con el sida y las drogas y mejorar el desarrollo de la felicidad.
La organización posee una estructura interna para “evolucionar” y, por último poder “reencarnar”. El líder, autoproclamado “Maestro” o “El ángel”, pertenece al nivel 7; sus secundantes, llamados “Apóstoles”, al 6; luego se encuentran los “Genios”; en el nivel 4, los “Alumnos”; y, por último, los niveles 1, 2 y 3 los “humanos comunes”.
Más allá de la explotación sexual, el tráfico de influencias y el lavado de activos, también se conoció que, gracias a su clínica, captaban a gente en el extranjero, proponiéndoles la “cura del sueño”, los traían drogados a Argentina, aislándolos de su familia y realizaban maniobras para obtener diferentes beneficios económicos.
Pablo G Salum compartió en su canal de youtube su testimonio como parte de la secta y el video no tardó en viralizarse.
Según su relato, Pablo tenía 14 años cuando hizo la primera denuncia sobre las aberraciones que escondía la ‘escuela de yoga’.
¿Cómo empezó todo?
Su madre tenía ocho años cuando por un problema de salud se acercó a lo que ese encontces esta una escuela de filosofía y cultura New Age, la EYBA, escuela de Yoga de buenos Aires.
“Le prometían sanarse; la ciencia no le encontraba respuesta a los problemas de mi mamá”, dice.
Pablo recuerda ser el primer niño en ingresar, la primera reunión fue de sólo cinco personas.
“El grupo fue creciendo rápido. Sumaban a la familia porque decían que todos tenían energía negativa, que había que seguir al líder para limpiarse. Porque si no te podías enfermar, pasarla mal, morir”.
Él y su mamá pasaron de vivir en una casa a un departamento de la organización..
Con el paso del tiempo el número de personas fue aumentando llegando a más de mil
“Eramos más de 1000, y los primeros fuimos subiendo de categoría, en una pirámide perversa”.
Pablo cuenta que el maestro incitaba a su madre a estar con otro hombre además de su esposo y así fue como comenzó la desarticulación de su familia.
Además los ‘alumnos’ tenían como tarea generar dinero con estafas piramidales y el ‘palomeo’, ofrecer a mujeres para actividades sexuales.
Pronto, Pablo se percató que las cosas no estaban nada bien cuando empezó a circular material pornográfico y el contacto con los otros miembros era ‘raro’.
“Todos se saludaban con un beso en la boca; había manoseos, se los obligaba a realizar orgías con fotos del líder detrás. Hubo casos en los que se ordenó que los hijos tuvieran relaciones sexuales con sus padres”.
Vi a mi mamá y a mi hermana, que tendría unos 22 años, ser esclavas sexuales; a mi hermana la usaban para seducir a los más grandes, a los poderosos –enfatiza–. Nadie me lo contó. Lo vi yo, de primera mano. Como era hijo de una ‘jerarquía’, por mi casa pasaban las fotos, los videos. Verlas me afectó mucho”.
A la secta se fueron sumando personas de poder como empresarios y políticos.
“Yo era chico, pero tenía vida de grande. No iba al colegio. Me empezaron a decir que me ponía ‘rebelde’ porque no quería aceptar los lineamientos del líder –añade–. Mi familia apoyaba los castigos; me sacaron la comida, no me compraban ropa. No tenía a nadie que me apoyara; estaba solo”.
Cuando tuvo la oportunidad huyó.
“Fui el primer chico en entrar y el primero en escapar y denunciar –resume–. Me mandaron al hospital para constatar los golpes. Recuerdo todo eso: la falta de capacitación de los que me escuchaban… Se reían”.
Pasaron años para que esta escuela de yoga comenzara a ser investigada y la causa pasó por tres jueces, sin embargo, no fue hasta ahora que se logró desarticularla.
Pablo Salum creó la organización Ley Antisectas con el objetivo que otras personas no vivan lo que él vivió.
Ahora dedica su vida a desenmascarar este tipo de organizaciones abusivas.
“El último juez jamás había imaginado encontrarse a personas tan poderosas vinculadas a una secta pedófila: ministros del gobierno nacional, jueces, sindicalistas, todos expuestos”.
Con información de: Excélsior