Hemos conocido la Historia de México con base en lo que historiadores nos han hecho creer, por ello se han glorificado personajes de los que hoy se cuestiona su existencia y papel en las luchas por la libertad y soberanía de los mexicanos, tal es el caso de los Niños Héroes, pues expertos afirman que se trata de personajes mitificados con la intención de generar un sentido de patriotismo, unificación nacional y desde luego para romantizar las violentas luchas armadas donde perdieron la vida millones de mexicanos, por ello nos preguntamos si realmente fue como nos lo contaron.
En la actualidad expertos en Historia de México se han dado a la tarea de desmitificar a los personajes históricos entre ellos el cura Miguel Hidalgo, quien sabemos peleó por la libertad indígena y la soberanía de la Nueva España pero, ¿en realidad estaba contra la corona española? De acuerdo con el historiador Eduardo Merlo, “El Padre de la Patria” no estaba en contra de que los españoles gobernaran el territorio nacional, sino que en realidad “odiaba” a los gachupines, los españoles llegados a estas tierras para enriquecerse y tratar de manera abusiva y someter a los indígenas para enriquecerse a como diera lugar.
De acuerdo con Merlo en el Grito de Independencia las palabras de Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte y Villaseñor incluyeron un “Viva Fernando VII”, entonces rey de España, pues si bien quería una nación independiente también reconocía la figura del monarca en turno, pues sabía que la gente no lo seguiría si se lanzaba directamente contra la figura monárquica y la corona, que entonces era muy respetada.
En la construcción e idealización de personajes históricos se ha hecho alegorías de las virtudes de los héroes, pero se ha dejado de lado que eran hombres y mujeres comunes, con pasiones, virtudes y algunos defectos que los hacían humanos. Tal es el caso del prócer Hidalgo quien si bien era cura, también fue padre de al menos 6 hijos, todos con diferentes mujeres. Así como lo lees, además de llevar una vida de clérigo se hizo responsable de la crianza de su descendencia. Merlo indica que en 1810 todos sabían que el padre Hidalgo tenía hijos, pero en la parroquia de Dolores todos ellos le decían tío para ocultar las apariencias.
Incluso se ha documentado que cuando era párroco de Dolores (1810) tenía a una señora escondida que vivía con él como “su mujer”, Josefa Quintana y dos hijas, Josefa y Micaela, pero ese no era el único secretito del libertador, sino que además era un hombre apasionado por los placeres de la vida, le gustaba fumar puros, beber licores finos, las peleas de gallos, las corridas de toros, las tertulias hasta altas horas de la madrugada, la comida, el baile, y todo lo propio de un hombre de mundo y muy culto, pues hablaba español, latín y francés, además de lenguas indígenas como el náhuatl y el otomí.
“Sabía montar perfectamente, sabía tirar a la reces de la cola en los juegos que se hacían… hacía piruetas… todavía no se usaba la palabra charro como nosotros la usamos, pero era un charro”, relata Eduardo Merlo, quien reconoce que a sus 57 años era un hombre vigoroso quien no perdía oportunidad de practicar juegos de azar, incluso de retar al destino, pues relatan los libros de Historia que cuando fue descubierta su conspiración con toda calma se vistió y al terminar dijo: “Señores, no nos queda más remedio que ir a coger gachupines”.
#Sabíasque para 1810 en la Casa del Diezmo de Dolores vivía el padre Miguel Hidalgo con su pareja Josefa Quintana y las 2 hijas que tuvo con ella?Sus nombres fueron Josefa y Micaela,a quienes presentaba como sus sobrinas. También vivía con el su medio hermano Mariano Hidalgo.HILO pic.twitter.com/1oj6JqdgRa
— Tlatoani_Cuauhtemoc (@Cuauhtemoc_1521) September 14, 2022
Hidalgo era tan sagaz que le apodaban “El Zorro”
Su inteligencia, carisma y astucia le hicieron ganar el apodo de “El Zorro”, era un hombre que sabía manejar muy bien sus cartas, por ello se convirtió en sacerdote, pues sabía que con esa posición religiosa tendría una vida cómoda además de acceso al conocimiento, pues le gustaba leer, saber y debatir, incluso traducía textos para luego convertirlos en obras de teatro para el entretenimiento de los habitantes de la Nueva España.
Pero no sólo eso, se saltó la prohibición de la corona que impedía la fabricación de vino en este territorio y mandó plantar uvas para elaborarlo a nivel local, y así tenía su propio vino saltándose todas las reglas impuestas por los españoles. En se ímpetu creativo y de apoyar el consumo hecho por los propios nativos fundó una fábrica de loza y ladrillos en Dolores, Hidalgo, así como talleres de textiles y talabartería.
En su afán de evitar en enriquecimiento desmedido de los españoles las ganancias iban directamente a los productores que muchos eran mestizos e indígenas, además les enseñó la crianza de abejas para la producción de miel y la de gusanos de seda para la elaboración de textiles, con lo que se demuestra que siempre tuvo interés en la libertad económica de los ahora mexicanos y por ello encabezó una lucha armada contra los gachupines.
Incluso cuentan que era tan vivaz que le robó a los poblanos el secreto de la fabricación de la Talavera, pues dicen que mandó a espiarlos, pidió a sus seguidores que se metieran hasta la cocina con tal de aprender cómo se elaboraba, de ese modo lograron obtener la técnica de elaboración de las piezas de alfarería vidriada; actualmente hay una disputa muy grande por saber de dónde es originaria si de Guanajuato o Puebla.
Con información de: El Heraldo