El pasado 6 de octubre la diputada trans María Clemente García presentó una iniciativa de ley para regular el trabajo sexual. Sin embargo, varias trabajadoras sexuales que forman parte de la Brigada Callejera Elisa Martínez A.C. la rechazaron porque se elaboró sin haberles escuchado, criminaliza a quienes ejercen esta actividad y tienen VIH-SIDA, e implica un retroceso en sus derechos.
Una de ellas es Chavelita, quien se dedica al trabajo sexual desde hace 45 años en la Merced, la zona más grande de Latinoamérica en la que se realiza esta actividad según la Brigada Callejera. Actualmente, es promotora de salud de la asociación y realiza pruebas para detectar VIH (virus de la inmunodeficiencia humana) y sífilis.
“Me siento orgullosa de cómo puedo ayudar a mis compañeras”, expresó en conferencia.
Antes de que se integrara a la Brigada Callejera no tenía acceso a condones, aunque era trabajadora sexual. Afortunadamente, nunca la contagiaron de enfermedades de transmisión sexual. También vivió varias situaciones “fuertes”, así las describe.
Chavelita relató que presenció abusos sexuales de policías a otras trabajadoras, así como la criminalización por parte de la sociedad que los uniformados aprovechaban para pedirles dinero o sexo.
Incluso recordó que las encerraban en “La Vaquita” durante 15 días, cuando las dejaban salir tenían que andarse con cuidado porque si las veían en la calle, las perseguían para volver a encerrarlas aunque no estuvieran trabajando.
“Estos reglamentos no sirven porque nadie nos toma en cuenta, a mí no me preguntaron, no pueden hacer algo que no quiera. Tengo derecho a decir no quiero esta ley”, subrayó.
Asimismo, dijo que desde Brigada Callejera lucha para que sus compañeras, entre ellas algunas de la tercera edad, tengan acceso a sus derechos y se los garanticen.
“Me siento orgullosa de ser parte porque aprendí a leer, escribir, aprendí mis derechos, ahora estoy en periodismo y derechos humanos. Cada lunes llevamos un taller y eso me hace sentir bien, grande, porque mis compañeras me quieren mucho”, añadió.
La asociación realiza comedores comunitarios en diferentes localidades y cada integrante aporta algo para que otras trabajadoras sexuales puedan alimentarse, igualmente apoya a las mujeres cuando no tienen dinero para satisfacer una necesidad, como la de vivienda.
Natasha, una sobreviviente de la criminalización del trabajo sexual
Natasha se describe como una sobreviviente trans de los tiempos en los que las trabajadoras sexuales eran “pisoteadas”, de cuando las encarcelaban y criminalizaban por ejercer esta actividad en la Ciudad de México.
“Siempre he dicho que el primer punto de trata es la alcaldía Cuauhtémoc, ¿porqué sé de todo esto? Porque lo viví, viví atropellos, abusos, violaciones consumadas por gente en el poder, por policías, las paneles (así le decían a las camionetas en las que se las llevaban), granaderos. Nosotras como mujeres transexuales a muchas las desaparecieron y quedaron en la lucha”, contó.
Por ello, consideró que la diputada Clemente García no puede volver a criminalizarlas y quitarles sus derechos, ni regresar a las leyes que había antes y que son violatorias. “¡Ya basta!”, mencionó.
La Brigada Callejera es la única asociación que ha “alzado” la voz por las trabajadoras sexuales, resaltó Natasha, y fue la que las cobijó cuando inició la pandemia de COVID-19. También sostuvo que no le parece justo que criminalice a quienes ejercen este tipo de actividad y tienen VIH-SIDA porque es un porcentaje mínimo, la mayoría de las personas que se dedican al trabajo sexual están sanas.
“Basta de poner leyes sin consultar a las compañeras que están en pie de lucha. No puede venir una persona a decir pongo esta ley cuando debería estudiar. No podemos permitir eso, de antemano gracias a la Brigada Callejera seguimos adelante. No vamos a parar, vamos a seguir”, aseguró.
Carmen vivió un tiempo en la calle
Carmen también es trabajadora sexual y durante algún tiempo vivió en la calle, pero las integrantes de la Brigada Callejera la han ayudado. Ella cuestionó a la legisladora Clemente García el pasado 11 de octubre en la Cámara de Diputados por la iniciativa que presentó la semana pasada para regular el trabajo sexual.
“Lo que a mí me dolió, sentí muy feo lo que dijo de ellas [de las trabajadoras sexuales], vamos a echarle ganas y le vamos a demostrar que podemos por las señoritas presentes”, comentó.
La diputada María Clemente no representa a la comunidad trans que ejerce el trabajo sexual
Valentina, una trabajadora sexual trans, afirmó que la diputada que presentó la iniciativa no representa a su comunidad. Asimismo, cuestionó que sea legisladora y quiera que se apruebe una ley que para ellas no tiene sentido.
“Me da coraje porque si de por sí a las chicas trans nos tienen en un concepto, nos denigran como chicas trans, aunque somos mujeres reconocidas ante la ley. Con el comportamiento nos pone en vergüenza y ridículo, no tiene un comportamiento adecuado para una diputada frente a los medios”, destacó.
Igualmente reiteró su compromiso y el de las integrantes de la asociación para seguir luchando por el reconocimiento de su trabajo, de sus derechos y no permitir que las denigren.
¿Qué ha hecho la Brigada Callejera por las trabajadoras sexuales?
La Brigada Callejera fue fundada por Elvira Madrid y tiene 33 años de lucha por los derechos de las trabajadoras sexuales. Gracias a su labor, el trabajo sexual fue reconocido en la Ciudad de México gracias a la sentencia 112/2013 y la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo les entregó a las trabajadoras sexuales tarjetas de trabajo no asalariado. Las cuales sirvieron para que los policías dejaran de extorsionarlas y violentarlas.
La dependencia dejó de entregar las tarjetas a partir de 2020 y hasta ahora no ha resuelto la situación, a pesar de que el titular de la Secretaría, José Luis Rodríguez, se comprometió a solucionarlo.
“Hacemos un llamado a la Secretaría del Trabajo a que entregue credenciales de trabajo, tenemos atorados como 2 mil expedientes, dicen: ‘fuimos a buscarte y no te encontramos’. Si las trabajadoras sexuales tienen un familiar enfermo, vienen nada más unas horas, pero ellos las quieren tener ahí”, manifestó Elvira Madrid.
Otro logro importante fue que eliminar el control sanitario que obligaba a las trabajadoras sexuales a portar una credencial en la que venían sus datos personales y si tenían VIH-SIDA. Gracias al trabajo de la Brigada Callejera demostraron que eso no servía para nada, al contrario, contribuía a que las criminalizaran y las autoridades abusaran de ellas, de acuerdo con la fundadora.
Con información de: Radio Fórmula