Daniel Robles Haro, un mexicano de 26 años de edad y con parálisis cerebral, busca demandar al gobierno mexicano para que le provea de asistencia sexual, a causa de que por su condición clínica no puede controlar sus bazos ni sus piernas y así acceder a la autoxploración de su cuerpo. El anuncio ha dividido opiniones en redes sociales.
A través de Twitter, Robles Haro afirmó que padece de parálisis cerebral severa, por lo que quiere hacer valer sus “derechos humanos, reproductivos y sexuales”. Al mismo tiempo, presentó el borrador de la posible demanda contra el Estado mexicano y anunció que buscará ayuda especializada para acceder a la asistencia sexual.
La petición de Daniel suscitó polémica en redes sociales, sobre todo entre quienes lo ven como un tabú; otros le pidieron contratar a una persona dedicada al trabajo sexual, a lo que en la cuenta de Daniel apareció el siguiente mensaje: “¿Una trabajadora sexual es la persona idónea para asistir a una persona con discapacidad?”.
La persona con discapacidad dejó en claro que no busca “perpetuar sus genes”, sino acceder a un derecho que es reconocido en naciones como Australia, Dinamarca o Suiza, donde todas las personas en dicha situación pueden acceder a un asistente sexual, un profesional especializado en acceder sexualmente al cuerpo de otra persona.
¿Qué es la asistencia sexual para personas con discapacidad?
De acuerdo con la organización AsistenciaSexual.org.,un asistente sexual NO es un trabajador sexual, sino un asistente para que las personas con discapacidad tengan sexo consigo mismas o con otras personas, “la persona asistida decide en qué y cómo recibe ese apoyo”, siempre tomando en cuenta las decisiones del solicitante del servicio.
Entre las labores que desempeña un asistente sexual se encuentran todas aquellas que la persona asistida, por su condición clínica, no puede hacer por si misma: masturbarse, explorar su cuerpo, conseguir posiciones y/o movimientos en las prácticas sexuales con alguna otra persona.
La misma organización refiere que la primera asistente sexual en México fue Alejandra, una mujer radicada en Guadalajara, Jalisco. De momento, la asistencia sexual no se encuentra reconocida ni regulada por alguna normatividad vigente en México, de ahí la demanda de Robles Haro.
El último censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) arrojó que hay 6 millones 179 mil 890 personas con discapacidad en México; todas aquellas personas que tienen dificultades para “bañarse, vestirse o comer” son un millón 168 mil 098, ya sea por una discapacidad motriz parcial o total.
Con información de: Radio Fórmula