Residentes y comerciantes del Centro Histórico de la capital señalaron que la operación de diversos “anexos” en la zona genera condiciones de inseguridad pública, ya que más que estar dedicados a la rehabilitación de personas con adicciones, parecen fomentar la generación de dinero a través de la comisión de delitos.
La situación se planteó a las autoridades municipales el pasado sábado, precisamente durante la instalación del Consejo de Seguridad del Centro Histórico.
Ahí se señaló que, en una franja situada entre las calles de Independencia y Reforma, operan varios de estos anexos.
En teoría, estos lugares deberían funcionar con una licencia de los Servicios Coordinados de Salud en el Estado y bajo la supervisión cercana y permanente de ese sector, pero, en la realidad, muchos “anexos” operan en la clandestinidad y escapan del control oficial.
Sus internos son vistos con frecuencia deambulando durante el día en las calles de la zona centro, dedicados a “botear”, entregar volantes, vendiendo dulces, panes, artesanías, etcétera, para conseguir fondos para su albergue.
Sin embargo, de noche, se dice que las actividades de estos internos tienden a ser “menos legales” y se relacionan más con el ámbito delictivo. Entonces, algunos “anexos” funcionan más como centros de operación que como albergues.
En ese tema, la autoridad municipal deberá buscar la coordinación con otros niveles y esferas de gobierno, a fin de aplicar soluciones de corto, mediano y largo plazo.
Con información de: Pulso