El 15 de febrero se conmemora el Día Internacional del cáncer infantil, cada año se busca concientizar a familiares, adolescentes, niños y niñas sobre la importancia de una atención médica oportuna para la detección de enfermedades oncológicas, pues según datos de la Organización Panamericana de la Salud el cáncer es la principal causa de muerte en menores de todo el mundo.
En San Luis Potosí, la Secretaría de Salud del estado registra en promedio 70 nuevos diagnósticos de cáncer infantil al año, siendo la leucemia, los tumores en el sistema nervioso y los linfomas, los más comunes que se detectan en niñas, niños y adolescentes de la entidad.
Pese a que un diagnóstico temprano puede alargar la expectativa de vida en las niñas, niños y adolescentes que padecen algún tipo de cáncer, para Celia, quien tras enfrentar el cáncer se convirtió en voluntaria para ayudar a niños con esta enfermedad, no sólo la medicina es importante para la recuperación, sino también el acompañamiento.
Celia Casandra Cano es una sobreviviente a un tipo de cáncer infantil agresivo, durante su adolescencia tuvo que enfrentar el miedo, dolor y síntomas secundarios que generaban en su cuerpo las diferentes aplicaciones de quimioterapia que tuvo que recibir para finalmente curarse.
En entrevista para EL UNIVERSAL San Luis Potosí, comentó que para ella como para muchos niños y niñas que son atendidos en la Unidad Médica Acreditada de oncología en el Hospital Central, el “Rincón de Juan Pablo” ubicado al interior de este nosocomio para apoyar a menores con cáncer, se convirtió en un “oasis” en medio del miedo, pues con ayuda de los y las voluntarias de este espacio enfrentó con más valentía su enfermedad.
“Es muy bonito, cuando venía aquí a Juan Pablo venía con emoción, no me gustaba venir a quimios, pero venía con la emoción de venir a jugar o convivir con Marite, con Mariana y los voluntarios”, precisó.
Motivada tras superar el cáncer y por el trabajo de acompañamiento que recibió de las y los voluntarios que juegan y apoyan emocionalmente los niños de San Luis Potosí con cáncer, decidió convertirse en voluntaria del “Rincón de Juan Pablo”.
“Es muy diferente estar de paciente a voluntaria, se siente muy bonito porque tú comprendes a los pacientes, por lo que están pasando y creo que es más la empatía, ponerse en el lugar de los demás. Uno no se imagina por lo que pasa la gente en los hospitales, mucho menos los pacientitos de cáncer, es un proceso demasiado fuerte y muy triste”, comentó Celia.
Desde septiembre, Celia, se ha convertido en una heroína para los niños con cáncer de San Luis Potosí que son tratados en el Hospital Central “Ignacio Morones Prieto”, pues acude cada semana con una sonrisa a apoyar, jugar y hacer un poco más llevadera la enfermedad y a vencer los miedos que generan en los niños, niñas y adolescentes las quimioterapias.
Para ella el hacer su servicio social con niños que, como ella en su momento padecen cáncer es regresar el granito de arena que aportaron los voluntarios de el “Rincón de Juan Pablo” durante su tratamiento médico.
Celia hace un llamado a más sobrevivientes de cáncer y a quienes no han padecido la enfermedad a acercarse a asociaciones que ayudan a las y los menores con enfermedades oncológicas, para motivarlos a vencer el cáncer, como le sucedió a ella.
Con información de: El Universal SLP