La policía de Perú hizo un descubrimiento sorprendente al registrar a un repartidor que llamó su atención por actuar en estado de embriedad en un antiguo yacimiento arqueológico de Puno.
Dentro de su bolsa llevaba una momia prehispánica.
El hombre dijo que había compartido su habitación con la momia vendada y que la consideraba “una especie de novia espiritual”.
Había metido los restos en la bolsa para enseñárselos a sus amigos.
Explicó que guardaba a “Juanita”, como había apodado a la momia, en una caja en su habitación, junto al televisor. Añadió que era propiedad de su padre, sin especificar cómo había llegado a sus manos.
Los expertos que verificaron la autenticidad del bien cultural, afirmaron que el cadáver tiene entre 600 y 800 años y que correspondían a un varón adulto y no a una mujer, como había supuesto el joven.
Se calcula que el hombre momificado tenía más de 45 años y medía 1,51 m de altura.
La momia estaba envuelta en vendas en posición fetal, típica de muchos de los enterramientos prehispánicos de la zona.
La momificación se practicaba en diversas culturas de Perú antes de la llegada de los conquistadores españoles. Algunas momias se enterraban, mientras que otras se sacaban a la calle y se exhibían en festivales importantes.
Delito patrimonial
La policía incautó la momia y la entregó al Ministerio de Cultura de Perú, que vela por el patrimonio del país.
El hallazgo, según señalan medios locales, ocurrió el sábado pasado en un mirador de Puno, donde unos agentes policiales efectuaban su patrullaje habitual y encontraron a tres hombres consumiendo bebidas alcohólicas, uno de ellos con una caja de reparto de la empresa “Pedidos Ya”.
El hombre que la transportaba y sus dos amigos, de entre 23 y 26 años, fueron detenidos y están siendo investigados por posibles delitos contra el patrimonio cultural de Perú.
De acuerdo con información publicada en El Comercio, el responsable podría ser procesado por el delito de extracción ilegal de bienes culturales, el cual tiene una pena de entre 2 y 5 años.
La momia, al parecer proviene del distrito de Patambuco, provincia de Sandia. Medios peruanos informaron que la pieza habría estado en posesión de la familia del repartidor por, aproximadamente, 30 años.
Además, se conoció que se la ofrecieron al Museo de Puno a cambio de una cierta cantidad de dinero. Sin embargo, el intercambio nunca se concretó.
Con información de: BBC News Mundo