A Anthony le pegaron con un cinturón, lo azotaron contra la pared, le echaron salsa picante en la cara, lo colgaron boca abajo, lo dejaron caer de cabeza, abusaron sexualmente de él y hasta lo obligaron a arrodillarse sobre arroz
La justicia llegó.
Anthony Ávalos fue el corredor más rápido en su clase de cuarto grado en El Dorado Elementary School en Lancaster. Se ganó un lugar en el cuadro de honor, y su maestra, Harmony Bell, notó una madurez emocional poco común para un niño de su edad.
La madre de Anthony Avalos, Heather Barron (33), y su novio, Kareem Leiva (37), fueron condenados este martes a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por torturar y asesinar al niño de 10 años en su casa de California en 2018. Este caso de tortura infantil conmocionó al país y puso bajo escrutinio a las agencias de protección de menores en Los Ángeles.
Un juez del condado de Los Ángeles halló culpables de homicidio en primer grado a la pareja tras un juicio sin jurado. La pena de muerte se descartó pese a la objeción de la Fiscalía. También fueron condenados por tortura y abuso infantil a los hermanos de Anthony Avalos, identificados como Destiny (13) y Rafael (12).
CRONOLOGÍA DEL CASO
En marzo pasado, declararon culpables a Heather Maxine Barron y a Kareem Ernesto Leiva por la tortura y muerte del pequeño Anthony Avalos. El juez dio a conocer este martes el veredicto contra la madre y su novio, quienes habían sido acusados de torturar al niño durante dos semanas hasta causarle la muerte.
Desde que el caso de tortura y asesinato de Anthony Avalos salió a la luz en 2018, Heather Barron y Kareem Leiva han sido tildados de monstruos en numerosas ocasiones. La opinión pública, conmocionada por la brutalidad y crueldad de sus actos, no ha dudado en calificar a esta pareja como monstruosa. A lo largo de estos años, tanto en medios de comunicación como en redes sociales, se ha hecho referencia al comportamiento inhumano de Barron y Leiva, quienes sometieron al joven Anthony a un calvario inimaginable antes de causar su muerte.
Instrumentos de tortura
Durante el juicio, se presentaron los instrumentos de tortura que utilizaban Barron y Leiva. A Anthony le pegaron con un cinturón, lo azotaron contra la pared, le echaron salsa picante en la cara, lo colgaron boca abajo, lo dejaron caer de cabeza, abusaron sexualmente de él y hasta lo obligaron a arrodillarse sobre arroz.
Los últimos días de Anthony
Los castigos más crueles propinados por la pareja al menor sucedieron durante los cinco días previos a su muerte. El 16 de junio de 2018, su madre llamó al 911 ante la condición crítica del niño.
TESTIMONIOS Y EVIDENCIA
El juez Sam Ohta, de la Corte Superior del Condado de Los Ángeles, escuchó por cinco semanas testimonios y revisó la evidencia presentada en contra de Barron y Leiva, quienes aceptaron un juicio sin jurado. Durante las sesiones iniciales, el padre del menor, otros familiares, los hermanos de Anthony, trabajadores sociales, paramédicos y un agente del alguacil que investigó el caso, testificaron sobre los hechos que presenciaron o documentaron relacionados con la muerte del menor.
La historia se repite
Los hermanos de Heather Barron testificaron que ella utilizaba los mismos métodos de tortura a los que fue sometida cuando era niña por su madre y padrastro. También señalaron que reportaron el incidente al Departamento de Niños y Familias, al igual que al agente del alguacil que respondió a la llamada, el cual señala que refirió el caso a un detective que nunca lo siguió.
Otros afectados
Los dos acusados también enfrentaban cargos por abuso infantil de los medios hermanos de Ávalos, identificados solo como “Destiny O” y “Rafael O”. Ambos fueron hallados culpables de todos los cargos de tortura, homicidio y abuso infantil tras la muerte de Anthony Ávalos en Lancaster, California.
Destiny, la hermana de 13 años de Anthony Avalos, fue una de las víctimas de abuso por parte de Heather Barron y Kareem Leiva. A lo largo del juicio, Destiny ofreció impactantes testimonios sobre los terribles actos de tortura y abuso que ella y sus hermanos, incluido Anthony, sufrieron a manos de su madre y padrastro. Los maltratos incluían golpizas, privación de alimentos y otros castigos crueles.
Además, Destiny reveló que tanto ella como sus hermanos fueron testigos de la tortura que Anthony soportó en sus últimos días de vida. La valentía de Destiny al compartir su experiencia y la de su hermano Anthony fue un factor crucial para que la justicia condenara a Heather Barron y Kareem Leiva a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Su testimonio ha sido fundamental en este caso, poniendo en evidencia la gravedad de los hechos y la necesidad de proteger a los niños en situación de vulnerabilidad.
LA PENA DE MUERTE DESCARTADA
El juicio contra Barrón y Leiva inició el 22 de febrero pasado en la Corte Superior del Condado de Los Ángeles. A pesar de la objeción de un fiscal adjunto de Los Ángeles, la oficina del fiscal del distrito desestimó la propuesta de la pena de muerte, después de que el fiscal George Gascón emitiera una directriz de que “una sentencia de muerte nunca es una resolución procedente en todo caso”.
Los acusados enfrentaban una condena máxima de cadena perpetua sin derecho a libertad condicional, pero la defensa de Leiva buscaba librarlo del cargo de asesinato. El caso de Anthony Ávalos no es el único que ha sido procesado en el condado de Los Ángeles. En el 2013, Gabriel Fernández falleció a los 8 años, tras torturas recibidas por parte de su madre y novio en Palmdale.
En un documento de sentencia, los fiscales adjuntos del distrito, Jonathan Hatami y Saeed Teymouri, detallaron que Barron y Leiva “agredieron y maltrataron a una víctima absolutamente vulnerable”, dependiente de ellos para casi todas sus necesidades. Además, afirmaron que los acusados “arrebataron la vida de un niño inocente” y, por lo tanto, merecen pasar el resto de sus días en prisión.
Los fiscales también revelaron que Anthony presentaba muerte cerebral y no tenía pulso cuando los paramédicos llegaron a la casa familiar. Aducen que Barron solicitó ayuda mucho tiempo después de que el niño sufriera una lesión grave en la cabeza, con el propósito de dar tiempo a Leiva para escapar. Antes de ser arrestado, Leiva transfirió la custodia de sus otros hijos a un pariente, de acuerdo con la información proporcionada por los fiscales.
El padre de Anthony, Víctor Ávalos, que estuvo ausente durante casi toda su vida al reubicarse a México, dijo que solo tenía contacto con el menor a través de su abuela, que temía denunciar las marcas de quemaduras de cigarrillos en el estómago, relatos de hambre y de que era golpeado por Leiva en la barriga.
Este caso de tortura y asesinato de Anthony Avalos ha generado un profundo impacto en la sociedad y ha provocado un intenso debate sobre la eficacia de las agencias de protección de menores en Los Ángeles. La condena a cadena perpetua de Heather Barron y Kareem Leiva busca hacer justicia por la vida truncada del pequeño Anthony.
Lo azotaron contra la pared.
Le echaron salsa picante en la cara.
Lo colgaron boca abajo.
Lo dejaron caer de cabeza intencionalmente.
Abusaron sexualmente del niño.
Lo obligaron a arrodillarse sobre arroz crudo.
Le hacían sostener pesas con un ladrillo en la cabeza.
Le azotaban en las piernas con un cordón de aspiradora.
Le quemaron con cigarrillos.
Lo privaron de comida y agua durante largos períodos de tiempo.
Le negaron atención médica cuando estaba herido o enfermo.
Lo sometieron a humillaciones verbales y psicológicas constantes.
Lo aislaban de sus amigos y familiares como castigo.
Le obligaban a dormir en el suelo o en condiciones insalubres.
¡Vivirán para contarlo!
Con información de Excélsior