“Los blogs, sitios web, el uso de hashtags y los influencers promueven e inspiran la proliferación de determinadas emociones y sentidos frente a las elecciones alimentarias, entonces, hoy el gusto por alguna comida o bebida, deriva, en buena parte, de lo que vemos en el celular”, indicó la investigadora de la Universidad Nacional de La Matanza, María Victoria Mairano.
Su intervención tuvo lugar dentro de la sesión virtual “El comer en el siglo XXI. Una aproximación a las sensibilidades en torno a la comida en Instagram y Facebook”, misma que está integrada al “Seminario Permanente Cocinas en México”, coordinado por las investigadoras del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Edith Yesenia Peña Sánchez y Lilia Hernández Albarrán.
Para la académica argentina la expansión del consumo digital, provoca la modificación de prácticas como el trabajo, el impacto en el medio ambiente y las relaciones sociales, sobre este último aspecto, la interacción de las personas recae en el manejo constante de los celulares y su incursión en las redes sociales.
Antes, dijo, lo gourmet se difundía en programas televisivos, revistas y recetarios impresos, pero hoy, las redes sociales, como Instagram y Facebook, son clave para que las personas compartan sus creencias dietéticas, prácticas culinarias y opciones de restaurantes, transformando los hábitos de comer.
“Esta creación de contenido alimenticio en Instagram generó ideas publicitarias como el ‘instafan’ o ‘instagratificación’, donde los influencers son remunerados económicamente de acuerdo al número de seguidores y las vistas que tienen sus publicaciones de comida, creando así, una nueva forma de negocio donde el cibernauta es el cliente potencial”, explicó.
Necesario atender la psicología emocional
Durante la misma sesión, Constanza Faracce Macia presentó la investigación que realizó en los comedores comunitarios del partido de La Matanza, en Buenos Aires, Argentina, analizando la asistencia en alimentación comunitaria por parte de los gobiernos, la sociedad civil y los sectores escolares donde, también, cada organización usa las redes sociales para difundir sus campañas sociales.
Señaló que se vive en una sociedad del consumo a partir de lo visual y el disfrute inmediato, donde hay sectores del Estado que se favorecen de una vida así. Ambas docentes concluyeron que la etnografía digital es diferente al capitalismo digital, mientras una resalta la organización de los recursos para las campañas de desarrollo social y el consumo de alimentos del campo, la otra incita a qué consumir, dónde comprar y cuándo comer.
Las investigadoras han identificado influencers en Facebook e Instagram que promueven la comida saludable y la producción de los alimentos en huertas y el cuidado del medio ambiente; sin embargo, prevalecen otros que difunden los servicios y bienes de consumo de forma rápida y poco saludable.
Por último, sugirieron poner mayor atención a las políticas de las sensibilidades, es decir, entender, como usuarios, la psicología emocional que nos intentan transmitir los influencers, para ver el contexto y trasfondo que implica el consumo de cierto producto alimenticio.
La próxima sesión del Seminario Permanente Cocinas en México será el 6 de junio, con la participación de la académica de la Universidad Federal de Santa Catarina, Brasil, Krisciê Pertile Perini, quien dictará la ponencia “Food truks y/en food parks: nuevas prácticas sociales vinculadas al ‘eating out’”. Las conferencias se transmiten en vivo por la página de la Coordinación Nacional de Antropología en YouTube, de 11:00 a 14:00 horas.
Con información de: Aristegui Noticias