Muchos mexicanos recuerdan y reciben en esta época del año a sus seres queridos con una ofrenda de muertos, en la que se ponen fotografías de las personas que ya no están con nosotros, así como alimentos y bebidas; aquí te explicamos cuándo se pone y qué debe llevar el altar para que no se te pase ningún detalle.
De acuerdo con la Iglesia Católica, la conmemoración del Día de Muertos se realiza a partir del 31 de octubre, el 1 y 2 de noviembre, días señalados para celebrar la memoria de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos.
Además de colocar una ofrenda de muertos, los mexicanos suelen adornar las tumbas y hacer altares sobre las lápidas para ayudar a conducir a las ánimas y a transitar por un buen camino tras la muerte.
¿Cuándo se debe poner la ofrenda de Día de Muertos?
No hay una fecha en específica para poner la ofrenda de muertos, pero muchos acostumbran colocar el altar desde el 25 de octubre, ya que se tiene la creencia de que los primeros en llegar son las mascotas, las encargadas de abrir paso a los demás muertos. Las almas de los animales llegan el 27 de octubre, por ello se coloca desde dos días antes.
La tradición señala que los difuntos llegan dependiendo de la forma en la que hayan muerto; por ejemplo, las personas que murieron de manera trágica por violencia o accidentes, llegan el 28 de octubre.
El 29 de octubre llegan los ahogados, el 30 y 31 son los días dedicados a los niños que no fueron bautizados, así como las ánimas solas, olvidadas o que no tienen familiares.
El 1 de noviembre es el Día de Todos los Santos, celebrando a todos aquellos que llevaron una vida ejemplar, así como los niños y el 2 de noviembre es el Día de los Muertos.
¿Qué se debe poner en una ofrenda de Día de Muertos?
Las ofrendas de muertos deben contener una serie de elementos que inviten al espíritu a realizar el viaje para poder convivir con sus deudos.
- Imagen del difunto. Se coloca de espaldas, y frente a ella se pone un espejo para que el difunto solo pueda ver el reflejo de sus deudos, y estos vean a su vez únicamente el del difunto.
- La cruz: Va en la parte superior del altar, a un lado de la imagen del difunto, y puede ser de sal o de ceniza.
- Imagen de las ánimas del purgatorio: Se coloca para que, en caso de que el espíritu del muerto se encuentre en el purgatorio, se facilite su salida.
- Copal e incienso: El copal es un elemento prehispánico que limpia y purifica las energías de un lugar y las de quien lo utiliza; el incienso santifica el ambiente.
- Arco: Se coloca en la cúspide del altar y simboliza la entrada al mundo de los muertos, normalmente se adorna con limonarias y flor de cempasúchil.
- Papel picado: Es considerado como una representación de la alegría festiva del Día de Muertos y del viento.
- Velas, veladoras y cirios: Todos estos elementos se consideran como una luz que guía en este mundo. Son, por tradición, de color morado y blanco, ya que significan duelo y pureza, respectivamente.
- Agua: Entre otros significados, refleja la pureza del alma, el cielo continuo de la regeneración de la vida y de las siembras; además, un vaso de agua sirve para que el espíritu mitigue su sed después del viaje desde el mundo de los muertos.
- Flores: Son el ornato usual en los altares y en el sepulcro. La flor de cempasúchil es la flor que, por su aroma, sirve de guía a los espíritus en este mundo.
- Calaveras: Pueden ser de azúcar, barro o yeso, con adornos de colores; se les considera una alusión a la muerte y recuerdan que esta siempre se encuentra presente.
- Comida: El alimento tradicional o el que era del agrado de los fallecidos se pone para que el alma visitada lo disfrute.
- Pan: El pan es una representación de la eucaristía, fue agregado por los evangelizadores españoles.
- Bebidas alcohólicas: Generalmente, son “caballitos” de tequila, pulque o mezcal.
Con información de Excélsior