“Todos venimos de los cuidados o descuidos que vivimos en casa”, dice la cineasta Lila Avilés. Curiosa de los microuniversos familiares y de su impacto en el individuo, en Tótem, su nueva película, nos acerca a Sol, una niña de siete años que visita la casa de su abuelo para asistir a la fiesta de su padre enfermo.
Después de su pasó por más de una treintena de festivales nacionales y extranjeros, la historia llega a las salas precedida por una estela de buenas críticas. Tótem es, además, el filme que representará a México en la próxima competencia por los premios Oscar.
¿Cómo nace Tótem?
Tengo varios años trabajando la historia, fui una mamá joven y eso me colocó en un estado de madurez prematura. Me interesaba volver a la idea del hogar, cómo habitamos la casa y a nosotros mismos. Me gustan los micro universos que todos llevamos, por eso suelo ir de lo más general a lo más pequeño en mis historias.
Muestras a una familia llevada por mujeres, algo que sucede mucho en México…
Vengo de una familia matriarcal, por eso me salió de manera natural, y es verdad, es una realidad muy mexicana.
¿De qué manera la familia nos marca?
Todo es a raíz de la familia y no lo digo yo, sino la antropología. Puedes ser tú y tu perro, pero juntos crean una dinámica familiar que marca sus comportamientos, incluso si no ves a tu familia mantienes una postura. Hay algo en esos primeros años que crea una marca de la cual no te puedes desprender.
La fotografía de la película se sostiene en muchos planos cerrados…
Sí, lo hice porque quería mostrar a los personajes y sus relaciones de una manera muy cercana.
Tótem también habla sobre el concepto de cuidado, ¿por qué?
Creo que necesitamos regresas a palabras como “cuidado” y “respeto”, son conceptos que como cineasta me interesan incluso durante el desarrollo de un proyecto. Tal vez parezca un poco control freak, pero me involucro en el diseño del póster, en el proceso de filmación, etc. En el plano familiar, todos venimos de los cuidados o descuidos que vivimos en casa, por eso considero importante regresar la mirada a esos momentos.
En el caso de película esto se vincula con la fragilidad, en este caso producto de la enfermedad.
Cuando pasas por momentos de vulnerabilidad hay algo del ego que se disuelve un poco en quienes lo padecen, mientras que quienes acompañan este proceso reaccionan de distintas formas. Más allá de juzgar comportamientos, quería mostrar las diversas formas de comportamiento y si los observamos a detalle pueden ser muy hermosos porque implican maneras de regresar a lo colectivo o crear comunidad.
¿Por qué delimitas la película a un solo día?
Quería hablar de esos días que nos marcan, todo mundo hemos vivido un día especial en nuestras vidas y cuando suele suceder que sentimos que pasan muchas cosas al punto que el presente se vive de una manera muy intensa.
A través de la película interpelas al espectados, lo hiciste en La camarista y ahora lo repites…
Es un recurso que me gusta mucho, vivimos en un mundo en el que la gente no lee y donde se busca que todo sea muy fácil o digerido, no es que Tótem sea una película intelectual o complicada porque nunca lo pretendí, pero sí buscaba hacer una película abierta. Llevamos más de cincuenta festivales en China, Sudáfrica, Europa, América Latina, y me encanta cuando la gente se acerca y me da su propia interpretación del final.
Con Información de: Aristegui Noticias