La oxitocina, una vez celebrada principalmente como el catalizador químico de la intimidad humana y los lazos afectivos, continúa siendo objeto de intensa investigación científica. A medida que avanzamos en el entendimiento de esta fascinante hormona, queda claro que su papel en la biología y la conducta es mucho más intrincado y multifacético de lo que se pensaba originalmente.
La oxitocina, también llamada la molécula del amor, es una hormona relacionada con los patrones sexuales.
Esta molécula ‘amorosa’ aparece en la sangre cuando existe contacto íntimo, ya sea durante una mirada a los ojos, un abrazo o el acto sexual; es para algunos científicos la creadora de relaciones estables.
El principio es mejor
De acuerdo con la sicóloga de la Universidad Bar Ilan de Israel, Ruth Feldman, durante el inicio de una relación amorosa se observa casi el doble de oxitocina que la que secreta una mujer durante el embarazo (que es la que se encarga de que la futura madre se ‘encariñe’ con su bebé)
Las parejas con mayor cantidad de oxitocina mantienen relaciones más largas, duraderas y con mejor comunicación.
La solución perfecta
En un experimento, investigadores administraron oxitocina a la mitad de un grupo de hombres y un placebo a la otra mitad a través de un aerosol nasal.
Posteriormente se les presentó una mujer atractiva para estudiar su reacción.
A todos ellos se les pidió que indicaran qué distancia consideraban adecuada respecto a la mujer y cuál les parecía incómoda. Los científicos descubrieron que del conjunto de voluntarios del experimento aquellos casados o con pareja que habían recibido la hormona preferían mantenerse a una mayor distancia de la mujer en comparación con aquellos que habían recibido el placebo.
Además al discutir sobre algún desacuerdo, las parejas se mostraron mucho más accesibles y comunicativas que las parejas a las que no se les proporcionó el neurotransmisor.
9 razones para amarla
- Muestra un poco de amor y la tendrás: Una de las cosas más interesantes de esta hormona es que la puedes “conseguir” en el momento que quieras, sólo necesitas abrazar o estrecharle la mano a una persona. El contacto corporal hará que tu cerebro libere bajas dosis de oxitocina, haciendo que ésta fortalezca los vínculos afectivos.
- Estimula tu lado materno: Una vez que una mujer comienza a percatarse de que es madre, la hormona comienza a invadir su cerebro; incluso a la hora de parir, algunas mujeres son medicadas con oxitocina, ya que esta estimula las contracciones uterinas. Por si esto fuese poco, los bebés son alimentados con altas dosis de la hormona a través de la leche materna, haciendo que la relación madre-hijo sea inquebrantable y perpetua.
3. Inhibe la timidez: Dadas sus capacidades de mejorar la autoestima, de fortalecer la autoconfianza y aumentar el optimismo, la oxcitocina ayuda a debilitar la timidez. Los psiquiatras medican la hormona a aquellas personas que sufren de ansiedad, estrés postraumático y trastornos de humor.
4. Cura y alivia el dolor: Estudios han demostrado que el aumento en niveles de oxitocina puede aliviar dolores de cabeza, calambres y malestares en general.
5. Previene la obesidad: Algunos médicos la utilizan como método para contrarrestar la obesidad mórbida. Estudios demuestran que la falta de oxitocina puede culminar en un severo aumento de peso, ya que la deficiencia de la hormona se refleja en trastornos metabólicos.
6. Es un antidepresivo: Las madres que sufren depresión postparto, son medicadas con esta hormona. Diversos estudios han revelado que los niveles de oxitocina de las personas que son afectadas por una severa depresión son nulos o, en el mejor de los casos, mínimos.
7. Baja el estrés: Posee propiedades tan potentes que combaten significativamente la depresión, entonces el estrés es una simple y vil tarea para la oxitocina. Gracias a sus compuestos, la hormona puede reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
8. Promueve la generosidad: Los biólogos evolucionistas concuerdan con que los altos niveles de esta hormona se reflejan en una sociedad más justa y empática. En un estudio, las personas que compartieron su dinero con gente desconocida, aumentaron su nivel de oxitocina.
9. Elíxir del amor: Los científicos la conocen como la “hormona del amor”, ya que es la encargada de químicamente establecer conexiones íntimas entre los amantes. Además, es aquella que provoca el deseo y la excitación sexual por la pareja. Para los hombres es un motor químico para una erección duradera, y tanto en hombre como en mujeres, en un orgasmo, la oxitocina inunda el cerebro.
Este artículo sobre la oxitocina describe esta hormona como un agente significativo en la regulación de comportamientos sociales y emocionales, como el establecimiento de lazos afectivos, la maternidad, la confianza, y el manejo de la ansiedad y el dolor. También menciona estudios y experimentos relacionados con sus efectos en las relaciones amorosas y sociales. Pero las cosas han cambiado desde la publicación en 2013, y la investigación sobre la oxitocina ha avanzado significativamente, cuestionando algunas de las concepciones anteriores y añadiendo nuevos matices a nuestra comprensión de esta hormona.
Un estudio reciente de la Universidad de California, San Francisco y la Universidad de Stanford ha desafiado la noción de que la oxitocina es esencial para la formación de lazos sociales y la monogamia, al menos en praderas de topillos. Utilizando tecnología CRISPR, se generaron topillos que carecían de receptores funcionales de oxitocina. Sorprendentemente, estos topillos aún formaron lazos monógamos y mostraron comportamientos de apego y crianza similares a los topillos normales. Además, las hembras sin receptores de oxitocina fueron capaces de dar a luz y lactar, aunque en cantidades menores. Este estudio sugiere que la oxitocina podría ser solo una parte de un programa genético más complejo que regula los comportamientos sociales y de apego.
Otro estudio interesante relaciona la oxitocina con la memoria. Investigadores de la Universidad de Ciencias de Tokio han identificado una proyección oxitocinérgica desde el hipotálamo hasta el núcleo supramamilar que impulsa la memoria de reconocimiento en ratones. Este hallazgo sugiere que la oxitocina puede desempeñar un papel crucial en varias funciones cognitivas, incluida la memoria, lo que amplía la comprensión tradicional de la hormona más allá de su participación en el comportamiento social y el apego.
Además, investigaciones recientes han conectado la oxitocina con la microbiota intestinal, mostrando cómo la estimulación microbiana puede inducir la liberación de oxitocina desde el epitelio intestinal, lo que sugiere un nuevo mecanismo por el cual la microbiota puede promover beneficios para la salud mental y física.
Estos avances sugieren que la oxitocina juega roles más variados y complejos en la biología humana y animal de lo que se pensaba anteriormente, influyendo en áreas que van desde la formación de lazos sociales hasta la memoria y la interacción con la microbiota intestinal. Esto refleja la naturaleza multifacética de la oxitocina y cómo su estudio sigue evolucionando, proporcionando una comprensión más rica y matizada de su función en el cuerpo y la mente.
Los recientes avances científicos nos invitan a reconsiderar y expandir nuestra comprensión de la oxitocina, abriendo nuevas vías de investigación y posibles aplicaciones terapéuticas. A medida que desentrañamos más sobre sus múltiples funciones, no solo redefinimos el concepto de “molécula del amor”, sino que también abrimos un nuevo capítulo en la comprensión de la complejidad de las interacciones humanas y animales, prometiendo un futuro donde la ciencia del amor y del comportamiento puede alcanzar profundidades antes inimaginadas.
Con información de: Excelsior