El pasado mes de mayo, un singular juguete cumplió años, y tal parece que desde su llegada hace 50 años, lejos de volverse viejo sigue vigente en la memoria y en el gusto de chicos y grandes.
El juguete en cuestión es el famoso cubo de Rubik, el cual vio la luz en 1974, cuando de forma casual, su inventor Erno Rubik lo desarrolló como una herramienta de enseñanza en su natal Hungría.
Sin saber qué le depararía al hoy famoso cubo, Rubik lo desarrolló y perfeccionó hasta convertirlo en toda una prueba de paciencia y habilidad mental, que a la postre se tradujo en convertirse en el juguete más vendido del mundo.
Así nació el cubo Rubik
Antes de ser conocido como el cubo de Rubik, el rompecabezas fue llamado cubo mágico, debido a que nació para efectos didácticos. Erno Rubik deseaba encontrar una manera de modelar el movimiento tridimensional para sus estudiantes de arquitectura, de forma que probó con cartón, papel y clips hasta conseguir el prototipo. Después, unió unos bloques de madera a unas gomas elásticas para que aquellos pudieran moverse sin que la estructura entera acabara desmoronándose.
Tras solicitar una patente para su invento, el profesor llevó su idea a una pequeña cooperativa de Budapest dedicada a la fabricación de juguetes. De este modo, se empezó a fabricar a pequeña escala hasta convertirse en el fenómeno que hoy conocemos.
Con sus nueve cuadrados de colores en cada lado, el juguete aparenta ser simple a primera vista. No obstante, tiene la asombrosa cantidad de 43 trillones de combinaciones posibles. Y además del modelo estándar de 3x3x3, también existen variantes más grandes, como la del cubo 17x17x17, que presenta miles de piezas.
Por increíble que parezca, hay personas dedicadas a su estudio desde los años 80: los ‘speedcubers’ o cuberos, quienes buscan resolverlo en tiempos mínimos. El récord mundial para resolver un cubo estándar lo logró el estadounidense Max Park, quien logró resolverlo en 3.1 segundos.
— Satisfying Videos 💨 (@satisfyingpub) June 10, 2023
Con información de: Excelsior