PARÍS. – Las campanas de Notre Dame suenan de nuevo, pero el andamiaje que aún se observa en el exterior de la catedral tiene perplejos a algunos parisinos, quienes se preguntan si su gran reapertura tras el incendio es más simbólica que sustancial.
Cuando el presidente francés, Emmanuel Macron, inspeccione los trabajos de reconstrucción el viernes, en su última visita al sitio de construcción, verá con sus propios ojos los interiores renovados. Pero le será imposible ignorar los trabajos de construcción y las grúas que abarrotan el exterior del monumento de casi 900 años.
Al día siguiente del incendio de abril de 2019 que destruyó la aguja y el techo, Macron prometió que “reconstruiremos la catedral para que sea aún más hermosa, y quiero que se complete en cinco años”.
Aunque el interior estará listo para recibir a visitantes y fieles el 8 de diciembre, por primera vez desde 2019, el andamiaje en la base de la aguja recién restaurada permanecerá hasta 2025, y durante otros tres años en el lado este del monumento, dijo Philippe Jost, quien está a cargo de la reconstrucción.
El incendio y la reconstrucción que convirtieron la catedral en una zona prohibida para el público dejaron, literalmente, un hueco en el corazón de París.
Algunas personas esperaban que el monumento luciera tan impecable por fuera como dicen las autoridades lo está por dentro.
Con Información de Pulso.