Otro tema que terminará saliendo en la negociación bilateral será el de la corrupción y la justicia, y con ello la reforma judicial, cuya elección de junio se ve cada día más tortuosa y manipulada.
Jorge Fernández Menéndez
CIUDAD JUÁREZ.— Las respuestas que está teniendo el gobierno federal ante los aranceles y otras medidas de Donald Trump son acertadas y sensatas.
Ante la imposición de aranceles de 25 por ciento a las importaciones estadunidenses de acero y aluminio no había, en nuestro caso, que contestar con represalias arancelarias porque simplemente no tenía sentido. Ayer en la mañanera, el secretario de Economía lo explicó muy bien: México tiene un comercio deficitario con Estados Unidos en acero y aluminio. Las empresas de la Unión Americana le venden a nuestro país seis mil 987 millones de dólares anuales de acero y aluminio. Como dijo Marcelo Ebrard, cobrar aranceles sería en contra de su propia economía (y de la nuestra).
Ya están a punto de iniciar los contactos formales (informales ha habido y muchos en distintos ámbitos, incluida, por supuesto la cancillería de Juan Ramón de la Fuente) para negociar estos temas con quienes serán los nuevos funcionarios de comercio de la administración de Trump que serán ratificados por el Congreso esta misma semana. Y allí se comenzarán a definir estos temas.
Hizo bien la presidenta Claudia Sheinbaum en no engancharse en una dinámica de respuestas arancelarias (como tendrán que hacerla otros países cuyo comercio de metales con Estados Unidos es superavitario, como Canadá, Australia, China, Corea del Sur o la Unión Europea). Con un agregado, el gobierno federal ha decidido impedir la compra disfrazada de acero chino para ser revendido a Estados Unidos como producto nacional. No es un punto menor.
Pero no es el único tema que aparece o aparecerá en la agenda bilateral. El tema migratorio como hemos dicho parece estar bastante controlado: hoy en Juárez como la semana pasada en Baja California, y poco antes en Tapachula, lo pudimos comprobar fehacientemente.
La seguridad está teniendo buenos resultados, aunque no sé si le alcanzará a Trump, que quiere medidas espectaculares, con ello. La colaboración de Omar García Harfuch con las agencias estadunidenses, sobre todo el Homeland Security, aseguran que está muy bien encaminada, lo mismo que la relación en estos y otros temas con Marco Rubio vía la Secretaría de Relaciones Exteriores. Del Ejército y próximamente la Marina con intercambio de información, inteligencia, incluso de elementos de fuerzas especiales para entrenamiento y capacitación.
Pero otro tema que terminará saliendo en la negociación bilateral más temprano que tarde, será el de la corrupción y la justicia, y con ello la reforma judicial, cuya elección de junio se ve cada día más tortuosa y manipulada.
Con Información de Excelsior.