A principios del mes de junio la oficina del sheriff del Condado de Washington, en el estado de Oregón, fue alertada de la presencia de un oso muy cerca del Lago Haag, un lugar muy concurrido por las personas que acuden con frecuencia a disfrutar de la naturaleza. Cuando los agentes llegaron a la zona comprobaron que había un oso negro muy joven con mucha comida a su alrededor.
Apenas una semana después, la misma oficina del sheriff colgaba un mensaje en su cuenta de Twitter en la que alertaba de la presencia de este mismo oso de nuevo en la zona y comunicaba que se le iba a trasladar al interior del bosque para que no hubiera riesgo de que se encontrara con algunas personas y pedía a la población que no se acercara.
Según publica Oregon Live, los agentes llevaron a cabo esa misión con éxito, trasladando al oso al interior del bosque. Sin embargo, al día siguiente, el animal había vuelto al mismo lugar acostumbrado a que se iba a encontrar con personas que le daban de comer. Los agentes no tuvieron más remedio que dispararle porque era “un riesgo para la seguridad y la salud humana”.
El biólogo Burt License explica que “este es un ejemplo clásico de por qué imploramos a los miembros del público que no alimenten a los osos. Aunque las personas que ponen comida para este oso pueden haber tenido buenas intenciones, los osos nunca deben ser alimentados”.
Se estima que sólo en el estado de Oregón, en el oeste de Estados Unidos, hay más de 25.000 osos negros.
El problema es que el animal se acostumbra a que las personas le den de comer y eso puede provocar que, en el futuro, el oso se vuelva más agresivo cuando se encuentre a alguien que no le dé comida y le ataque. Además, alimentar a los osos puede provocarles enfermedades, dado que no están acostumbrados a los alimentos que comemos las personas. Junto al oso se encontraron semillas de girasol y palomitas de maíz, entre otros restos.
License señala que “nunca es una buena idea alimentar a los animales salvajes. Son perfectamente capaces de valerse por sí mismos, y siempre es mejor dejarlos solos y disfrutarlos desde una distancia segura”. El oso que posaba para que los turistas se hicieran sus selfies a cambio de comida ya no volverá a hacerlo por culpa de esas mismas personas.
Con información de El confidencial